La Vanguardia

Rubèn Peris DIRECTOR DE LA VOLTA A CATALUNYA

Nacida en 1911, la Volta a Catalunya empieza mañana una nueva etapa con la llegada de la empresa francesa ASO

- XAVIER G. LUQUE Barcelona

La Volta a Catalunya llega a su 98.ª edición convertida en un referente del calendario ciclista, con una gran participac­ión y que se verá en 190 países. El director de la carrera (64) cuenta ahora con el apoyo de ASO, el organizado­r del Tour.

La Volta a Catalunya ha tenido épocas de esplendor popular indiscutib­le, pero también ha tenido que superar graves crisis. Siempre ha salido adelante, como refleja su centenaria historia.

1911-1913

LA CREACIÓN

En el año 1910 se empieza a hablar de la posibilida­d de organizar una vuelta ciclista en Catalunya. El Tour de Francia se disputa desde 1903, y el Giro de Italia, desde 1909. En el año 1908, bajo el impulso de un suizo, William Tarin, se ha llevado a cabo una carrera por etapas en Tarragona, sin continuida­d. Finalmente, el Club Deportivo de Barcelona pone en marcha los preparativ­os de la que será primera edición de la Volta. La nueva carrera tendrá tres etapas, los días 6, 7 y 8 de enero de 1911: de Barcelona a Tarragona, al día siguiente hasta Lleida y finalmente regreso a Barcelona. Las carreteras de la época no permitían enlazar con Girona.

Entre los impulsores de la carrera hay que citar nombres como los de Miquel Artemán, Narcís Masferrer,

Jaume Grau o Francisco

Canto Arroyo. La primera etapa salió del puente de la

Reina Elisenda, en Sarrià, con una participac­ión de 34 competidor­es de los que sólo 22 acabaron la carrera. El vencedor fue Sebastià Masdeu, denominado Tarraco, por su origen. Años más tarde, recordaba su peripecia: “Cuando llegamos a Barcelona éramos espectros, nos metían dentro de un bar y nos daban un café bien cargado de ron. En la última etapa caí al agua y perdí una zapatilla en el barro. Continué descalzo [en otros relatos se dice que un payés le dejó una alpargata] y cada golpe de pedal me producía una herida en el pie...”. Las dos ediciones siguientes consolidar­on la carrera, y en 1913 un gentío incalculab­le acogió al vencedor, Joan Martí, de La Garriga, en el final de la competició­n, en el paseo de Lluís Companys (entonces Saló de Sant Joan) de Barcelona. Años después y todavía con vida, Martí se hizo construir una gran lápida en el cementerio de La Doma, donde aparece con su uniforme de ciclista, tubular al cuello y encima de una bicicleta. Era un héroe de la Volta.

1914-1922

LA PRIMERA CRISIS

La segunda vida de la Volta fue efímera. La guerra europea (19141918) había interrumpi­do la progresión de la carrera, que no renació hasta 1920. Y sin éxito. La carrera se suspendió de nuevo y no tomó nuevo impulso hasta la aparición, a partir de 1923, del verdadero padre de la Volta: la Unió Esportiva de Sants.

1923-1939

LA ERA CAÑARDO

Entre 1923 y el estallido de la guerra la Volta vive años esplendoro­sos marcados por la aparición de su primer gran crack, Mariano Cañardo, vencedor de las ediciones de 1928, 29, 30, 32, 35 y 36. Y todavía, ya con 33 años, se impondrá en la primera edición bajo el franquismo, el mismo 1939. Cañardo es un ídolo de masas y todos los pueblos catalanes quieren verlo pasar, acompañado de los Muç Miquel, Salvador Cardona, Jaume Janer... Pero no se puede obviar otro personaje fundamenta­l, Ramon Torres, uno de los más destacados impulsores de la Volta, como organizado­r y como periodista. Otro relevante dirigente fue Francesc Maria Peris.

En esta nueva vida la Volta llega a ediciones de ocho y nueve etapas. A partir de 1932 disfruta del patrocinio oficial de la Generalita­t y Francesc Macià preside la entrega de premios.

1940-1960

LA REANUDACIÓ­N

Acabada la guerra, uno de los primeros acontecimi­entos deportivos que se recuperan es la Volta. El histórico Masdeu es el encargado de poner en marcha una nueva edición, que se disputa entre el 17 y el 24 de septiembre de 1939, con un cartel oficial donde ha desapareci­do la Generalita­t, sustituida por una triple proclama: “Franco, Franco, Franco”. A partir de 1941 la Volta encuentra a un patrocinad­or de peso, la casa Pirelli, y eso supone un buen empuje económico. Además, empieza un duelo futbolísti­co trasladado a la carretera: la lucha entre los equipos ciclistas del Barça y del Espanyol apasiona. En el año 1945 se conmemora la 25.ª edición y el Sants organiza una carrera espectacul­ar de 14 etapas. Preside el club Miquel Torelló, y la Volta pronto encontrará un nuevo ídolo popular: Miquel Poblet. Si Cañardo estableció el ré- cord de victorias, Poblet legará el de etapas ganadas, 32, además de imponerse en dos ediciones (1952 y 1960). La ausencia del nen de

Montcada en alguna edición (sólo se perderá dos entre 1946 y 1960) provocará debates encendidos.

1960-1979

LA GRAN CRISIS

Cuando en 1957 el presidente del Sants, Manuel Roig, avisaba de un grave problema económico (“los gastos de organizaci­ón y los premios cada año suben más”) anunciaba el futuro. Pirelli cerró su larga colaboraci­ón de 18 años, y la Volta puso en marcha un peregrinaj­e anual para encontrar un sponsor principal, el gran premio.

La edición de 1959 lleva patrocinio de Cinerama, al año siguiente Cacao Ram, luego Wynn’s. En 1962 la Volta roza la suspensión. Finalmente obtiene una curiosa ayuda y se disputará con la denominaci­ón “Gran Premio Estrellita, por deferencia de Espartaco Santoni”, en referencia a una jo-

ven actriz que se quería lanzar a la fama siguiendo el éxito de Joselito y Marisol. Los corredores tampoco ayudan, porque la carrera hace un esfuerzo para tener a Gastone Nencini (campeón del Tour 1960) y el italiano no hizo nada bueno y se retiró en la última etapa. Después de cobrar, evidenteme­nte. Tergal (1963), Bocinas Clamor (64), Jerson (65)... los patrocinad­ores pasan mientras la carrera fortalece su historial con los campeones del momento. La lista de vencedores extranjero­s es abrumadora: Anquetil, Merckx, Bitossi, Gimondi, Thévenet, Martens, Moser... Y los mejores españoles dan la cara: Ocaña, Perurena, Belda, Lejarreta... Todos quieren ganar la Volta.

1980-1995

BANCOS Y CAJAS

La lista de campeones no pasa inadvertid­a, y desde 1972 la Volta vuelve a contar con un apoyo sólido: Banco de Bilbao. Entre los organizado­res, nombres de pasado y de futuro, como Quirze Martí o Joan Peirató. Y el gran salto llega en 1980, cuando el presidente Sala Mas firma un acuerdo con La Caixa y Unipublic asume el rendimient­o publicitar­io. La Volta crece, llega la televisión en directo y aventuras atrevidas como la etapa en l’Alguer (1986). Son años de vacas gordas y grandes campeones: Kelly, Indurain. La carrera es aclamada en Barcelona, con etapas que acaban en la plaza de Catalunya y salidas desde la plaza de Sant Jaume.

1995-2017

BAILE DE FECHAS

En 1995, un cambio en el calendario internacio­nal envía la Volta a junio, lejos de sus fechas tradiciona­les de septiembre, época de vacaciones escolares y fiestas mayores. Concluye el acuerdo con La Caixa y el panorama es sombrío. Los mejores ciclistas no quieren competir en junio, se entrenan en casa, y la lista de vencedores no está al nivel de la histórica carrera pese al esfuerzo de empresas como RPM y el nuevo responsabl­e, Rubèn Peris. No se consolida ningún gran patrocinad­or, y la carrera roza de nuevo la suspensión. Pero el último cambio es el bueno: desde el 2010 la Volta pasa a marzo y atrae el interés de los hombres que preparan el Tour. Con imágenes en directo a todo el mundo por Eurosport se convierte, como sus hermanas mayores Giro y Tour, en un escaparate de promoción turística inmejorabl­e. La carrera celebra su centenario con la ayuda de la Generalita­t y ahora, con la llegada de ASO para relanzar la promoción publicitar­ia, abre una nueva etapa. Una nueva vida para la Volta, camino de la edición número 100.

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LA VANGUARDIA La Volta entra en Montjuïc Con la figura de Mariano Cañardo y el apoyo de la Generalita­t, la Volta es un enorme espectácul­o popular
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Montjuïc
LLIBERT TEIXIDÓ Las torres continúan en su sitio Han pasado más de 80 años y las torres venecianas son espectador­as de excepción de la Volta en su llegada a Montjuïc

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