Barcelona y el triunfo de las ‘start-ups’
BARCELONA en los últimos años se ha posicionado como uno de los cinco primeros ecosistemas europeos de generación de start-ups –las pequeñas y medianas empresas innovadoras del sector tecnológico– y como el primer hub de negocios digitales del sur de Europa. Este dinamismo tecnológico hace, además, que sea la tercera ciudad europea preferida por los nuevos emprendedores para crear sus empresas. Eso dicen diversos ránkings internacionales, que sitúan a la ciudad en liza con Londres, París, Berlín, Amsterdam y también Madrid. Hoy en Barcelona funcionan unas 1.300 start-ups digitales, y el sector emplea a unas 30.000 personas, además de las grandes multinacionales que tienen aquí centros de desarrollo e innovación global.
El gran reto que tiene ahora Barcelona, y Catalunya en su conjunto, pasa por consolidar el alto potencial que tiene el ecosistema de innovación que ha desarrollado en los últimosañosyesocorrespondetantoalsectorprivadocomo al sector público. Las características propias que ofrece la ciudad para desarrollar talento propio y atraer conocimiento y capital internacional deben complementarse con una visión estratégica de futuro del modelo, que pasa por una mayor apuesta por la innovación abierta, a través de una colaboración más intensa de las grandes empresas, los centros tecnológicos y las universidades, así como por una apuesta financiera más comprometida.
El talón de Aquiles del ecosistema de innovación catalán, con un elevado nivel de creatividad y de generación de ideas, es la insuficiente inversión que atrae y eso lastra sus grandes posibilidades de progreso frente a otros polos de innovación europeos y, sobre todo, estadounidenses. La innovación, y por tanto el futuro, está intrínsecamente ligada al riesgo. El importante ecosistema innovador desarrollado en Barcelona, para dar el gran salto adelante que le permita competir en la primera división internacional, necesita generar una mayor capacidad de inversión, tanto pública como privada, dispuesta a asumir mayores riesgos ante las grandes apuestas de futuro.