Plan de siete millones para ‘peatonalizar’ el Llobregat
El proyecto supone acondicionar y señalizar una red de 30 km de caminos entre Martorell y la desembocadura del río
“Queremos que el Llobregat deje de ser la puerta de atrás de las ciudades”, afirma Antoni Farrero, coordinador general de Infraestructuras del Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB). Convertirlo en un sitio más accesible, más seguro y más amable para quienes caminan, van en bici o corren es el objetivo del plan que el ente metropolitano está llevando a cabo en colaboración con diferentes ayuntamientos y que supondrá la adecuación de 30 kilómetros de caminos junto al Llobregat.
Históricamente maltrecho por la actividad industrial, el vertido de residuos y la construcción de grandes infraestructuras, este río no es un lugar precisamente atractivo. Aun así, y a pesar de los agujeros en los caminos y de la dejadez en muchos de los tramos, el entorno del Llobregat es uno de los enclaves favoritos de corredores y ciclistas de la comarca.
El proyecto propone acondicionar y señalizar una red de vías que supera los 30 kilómetros de extensión situados al lado del cauce para facilitar las salidas “a pie o en bicicleta en los dos márgenes del río desde el puente del Diable de Martorell hasta su desembocadura”. “Queremos que se pueda bajar sin problemas”, define el coordinador de programas de Infraestructuras del AMB, Martín Gullón.
Otro de los objetivos es garantizar la “permeabilidad” entre ciudades. Es decir, levantar pasos de un lado a otro del río como el que se está construyendo para conectar Sant Feliu de Llobregat y Molins de Rei con Sant Vicenç dels Horts, como ya se hizo hace años entre Sant Boi de Llobregat y Sant Joan Despí. Inundable y de uso deportivo, se espera que el nuevo puente esté acabado a finales de abril, aunque su fecha exacta de finalización dependerá de la meteorología. Durante las obras incluso se ha llegado a desviar el río. Tan sólo se podrá pasar a pie o en bicicleta, los coches estarán prohibidos. Por último, también se quiere aprovechar “espacios al lado del río” para que formen parte de la “red de parques metropolitanos”. Se está trabajando en este sentido en Sant Andreu de la Barca.
El ámbito de actuación del plan afecta a más de 1.000 hectáreas. Los técnicos estiman que todas las acagrega. tuaciones estarán acabadas el año que viene, y el presupuesto asciende a siete millones: cinco de ellos los aporta el AMB, y los otros dos, los ayuntamientos implicados.
De hecho, la iniciativa es la suma de diferentes proyectos, muchos de ellos realizados a petición de los consistorios. “Recuperar el entorno fluvial es básico en nuestra estrategia de ciudad”, opina la alcaldesa de Sant Boi, Lluïsa Moret. “Hablamos de espacios en los que nunca se ha intervenido ni se han ordenado”, “Y todas las actuaciones respetan la biodiversidad”, matiza Antoni Farrero, del AMB.
Y es que el Llobregat ha sufrido las construcciones y ampliaciones del puerto y el aeropuerto, que entre otras cosas significaron un cambio de su trazado. También ha visto como se alzaban dos autopistas en su entorno y como las ciudades que lo rodean han crecido exponencialmente. Aunque desde el AMB se calcula que desde el 2006 se han invertido 40 millones para cuidar al maltrecho río, el Llobregat no volverá a ser como fue. Hace más de una década se actuó básicamente en su último tramo y en la zona de Martorell. Ahora se quiere completar todo lo que no se pudo hacer en su momento, entre otras cosas, por la llegada del AVE a Barcelona.
PUENTES
La actuación integra varios proyectos y prevé pasos para cruzar el río a pie o en bicicleta