Literatura comprometida sin horario
Philippe Sands presenta en el Festival Mot de Girona su última novela, ‘Calle Este-Oeste’
La literatura sobre la gran tragedia del siglo XX, el nazismo, y sobre uno de los principales dramas contemporáneos, los refugiados que intentan llegar al “paraíso” prometido de Europa, han centrado las dos últimas jornadas del Festival Mot de Girona, llenando las tertulias celebradas en el auditorio de la Bibilioteca Carles Rahola. Si el viernes fue el momento de Philippe Sands, que habló del Holocausto y sus consecuencias, ayer fue Erri De Luca, quien llevó al corazón de Girona el drama de los refugiados que huyen de Siria.
El filólogo Miquel Berga se sinceraba con el público que el viernes a las 10 de la noche llenaba el auditorio de la Biblioteca para asistir a uno de los actos centrales del festival. “Mientras en media Europa se están poniendo el pijama, aquí estamos hablando de literatura. Pocas veces habrá valido tanto la pena huir de unos horarios convencionales para conversar con el autor de un libro”, afirmó ante las carcajadas de los asistentes. Y a tenor de la reacción del público, no se equivocó.
Ese autor era el abogado experto en Derecho Internacional Philippe Sands (Londres, 1960) que ahondó en su última novela, Calle Este-Oeste (Anagrama), traducida ya a 20 idiomas, que narra la historia de cuatro hombres ligados al Holocausto: los abogados polacos de origen judío Hans Lauterpacht y Raphael Lemkin, quienes acuñaron los términos “crímenes contra la humanidad” y “genocidio”, respectivamente; el criminal nazi Hans Frank, que fue abogado personal de Hitler entre los años 1928 y 1933 y gobernador general de Polonia; y Leon Buchholz, el abuelo materno de Sands, que nunca quiso revelar lo que le ocurrió durante la guerra. “Quien ha sufrido una experiencia traumática la guarda en una caja, la cierra con llave, lanza la llave y piensa que nunca se sabrá”, expuso Sands, que definió su última novela como un libro que “enlaza coincidencias inesperadas” y explica una historia “sobre la identidad y el silencio”.
Coincidencias como por ejemplo que los cuatro personajes vivieron en la misma ciudad, Lviv, invadida por los nazis y que perteneció en el pasado a Polonia y Alemania (hoy forma parte de Ucrania); cuya universidad invitó en el 2010 a Sands para que fuera a dar una conferencia sobre su labor como abogado y profesor de Derecho Internacional experto en temas de genocidio y crímenes contra la humanidad. Fue a partir de ese momento cuando Sands inició una ardua labor de investigación de seis años, casi detectivesca, sobre sus orígenes y los secretos guardados en su familia y que incluso le ha llevado a contactar con dos de los hijos de los jerarcas nazis que acabaron con la vida de miles de personas, entre ellas miembros de su familia en Lviv.
Su ensayo también ahonda en los conceptos “crímenes contra la humanidad” y “genocidio” y cómo se alumbran estos términos en los juicios de Nuremberg. Sands explicó que el primero aboga por proteger los seres humanos como individuos, y el segundo, como miembros de un grupo.
También en horario poco habitual, el sábado por la noche, Erri De Luca (Nápoles, 1950), en diálogo con el periodista y político catalán David Fernández, llamó la atención sobre el drama de los refugiados que mueren intentando cruzar el Mediterráneo: “es un naufragio continuo. Los flujos migratorios no se pueden detener porque es nuestra especie humana la que emigra”. Para el autor italiano, que ha publicado recientemente La natura expuesta , el mar no es un “lugar de paz” sino una “vía de huida”, ya que, según explicó, Nápoles es uno de los puertos con más tráfico de inmigrantes. “Muchas leyes no tienen nada que ver con la justicia”, advirtió.