El Villamarín dicta sentencia
El Espanyol renuncia a todas sus aspiraciones tras caer ante el Betis con dos errores garrafales de Pau López
El Espanyol se despidió definitivamente ayer de la temporada. En un día de perros en Sevilla, los blanquiazules cayeron con estrépito y ridículo en el Benito Villamarín ante un crecido Betis. Pau López, quien pronto evidenció que no estaba para jugar el partido, condenó a los suyos con dos errores garrafales. Especialmente sangrante fue el que abrió el marcador. La derrota no fue sólo suya: su equipo no jugó a nada y Quique Sánchez Flores fue incapaz de reaccionar a la estrategia que planteó Quique Setién.
El técnico españolista apostó por repetir el once con el que había doblegar a la Real Sociedad, pese a que ayer tenía a su disposición tanto a Darder como al ya recuperado Sergio García, que empezaron en el banquillo. Sí revolucionó su equipo el técnico local, no tanto por los cambios de cara como por el estilo, saliendo con una defensa de tres centrales en la que recuperaba al exespañolista Jordi Amat para nutrir el centro del campo con hasta cinco hombres.
La afición local tampoco dudó en recibir a Pau López con aplausos cuando fue presentado en el once inicial españolista. Sin imaginar aún que sería el triste protagonista del encuentro. Y la batalla táctica, ya de entrada, fue para Setién. El Betis no sólo salió a controlar el partido, sino que se mostraba sumamente cómodo jugando desde atrás, con Bartra como maestro de ceremonias. El exbarcelonista, además, siempre encontraba superioridad de los suyos en el centro del campo. El Espanyol, sin embargo, jugó ordenado y en esos primeros minutos se vio beneficiado por el estado del terreno de juego, que aunque drenó bien no favorecía el juego combinativo que trataba de proponer el rival.
Al Betis, de hecho, le costaba llegar con claridad al área de Pau. Un disparo exterior de Boudebouz que detuvo el meta blanquiazul fue la única ocasión que tuvo en esos minutos de claro dominio, en los que el Espanyol se echó atrás para esperar algún error del rival. Además, uno de los apagones que se produjeron en esos primeros compases llegó a frustrar una ocasión local. Un paraguas volando por el campo y el encendido de los aspersores con el partido en juego completaron el cúmulo de despropósitos.
El Betis, probablemente, habría tomado el camino de vestuarios sin conseguir su objetivo si el propio Pau no le hubiese abierto el camino en ese error garrafal que marcó el partido. Tras una mal despeje de Granero, Júnior cabeceó a meta. Fue un remate flojo que cualquiera habría atrapado, pero al de Olot se le escurrió entre las manos de forma incomprensible. Poco después, a la hora de salir a por un centro que también se le escapó, evidenció que no estaba en condiciones de jugar el partido de ayer.
El Espanyol acabó así el primer período con un gol en contra y sin haber jugado a otra cosa que a defenderse. Ni un triste disparo a la puerta de Adán. Así era imposible aspirar a otra cosa que a no fuese no salir goleado, y Sánchez Flores decidió mover el banquillo en busca de alguna propuesta por parte de Darder. Luego también salió Sergio García.
Pero ni por esas. El partido siguió siendo del Betis, que necesitó poco más de diez minutos de ese segundo para sentenciar. Esta vez el ariete argelino del Betis no desaprovechó la ocasión y tras recibir en la frontal de Guardado buscó el hueco para sacar un disparo raso y cruzado al que tampoco llegó Pau. El partido y el fin de todas aspiraciones del Espanyol en esta Liga estaban dictados, por más que los blanquiazules trataron entonces de ponerse a jugar. Demasiado tarde para todo. Porque el Betis aún redondeó su actuación con otro gol, obra de Francis, que de nuevo se comió Pau.
SIN AMBICIÓN
Los blanquiazules llegaron al descanso con un gol en contra y sin haber jugado a otra cosa que a defenderse
DOS VELOCIDADES
Apagones, un paraguas volando, aspersores... el equipo de Sánchez Flores se sumó al caos; el Betis no