Vinos, espumosos, química, banca y seguros
Henkell, el nuevo accionista mayoritario de Freixenet, es la filial de espumosos, vinos y licores del Grupo Oetker, una de las principales multinacionales alemanas de carácter familiar. Con 32.000 empleados y más de 400 empresas, Oetker facturó 11.700 millones de euros el año pasado, aunque las ventas caerán prácticamente a la mitad este año al desconsolidar su naviera, vendida el pasado noviembre. Los intereses del grupo se articulan en torno a cinco divisiones: alimentación, con sus famosas pizzas Dr. Oetker como estandarte; cerveza y bebidas no alcohólicas; vinos espumosos, vinos y bebidas espirituosas; banca privada y seguros, y otros, que incluye negocios diversos, como hoteleros, químicos, logísticos y un amplio rango de servicios. La filosofía del grupo es la de otorgar una amplia autonomía en la gestión a sus empresas, que están profundamente descentralizadas. Todas deben aportar beneficios y tener una estrategia clara y definida. En caso contrario –como sucedió con la naviera–, se venden para destinar los recursos a otros menesteres.
La familia propietaria, cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XIX, purgó en el pasado los vínculos de la empresa con el nazismo. Hoy no está en el día a día del grupo, confiado a ejecutivos externos, pero controla sus designios a través del consejo de administración. Oetker ha rechazado cotizar en bolsa y reafirma su carácter familiar.