Circo metropolitano
La gran carpa de Cirque du Soleil en l’Hospitalet abre sus puertas con un enorme espectáculo sobre la evolución humana, de los anfibios al eterno deseo de volar
La gran carpa blanca del Cirque du Soleil vuelve a abrir sus puertas en Barcelona –a partir de ahora en el Districte Cultural de l’Hospitalet, en el área de Bellvitge– con uno de sus grandes montajes, Totem.
La Gran Carpa blanca del Cirque du Soleil vuelve a abrir hoy las puertas en Barcelona tras seis años de ausencia. Lo hace en una nueva ubicación, en el Districte Cultural de l’Hospitalet, en el área de Bellvitge, donde a partir de ahora el circo canadiense se instalará cada vez que venga a la capital catalana hasta el año 2030. Allí presentará desde hoy y hasta el 20 de mayo –luego irá a Málaga y Alicante– uno de sus grandes montajes, Totem, el noveno que visita Barcelona desde que justo hace ahora 20 años, en 1998, aterrizara en la ciudad el ya mítico Alegria. Totem es nada menos que un viaje por la evolución humana, desde los anfibios al eterno deseo de volar, y llega con el mejor sello de calidad posible: su director escénico, el creador del concepto, ha sido uno de los grandes del teatro internacional, el quebequés –igual que Cirque du Soleil– Robert Lepage, que ya había creado otro montaje para la compañía titulado Kà que se representa ininterrumpidamente desde el 2004 en Las Vegas.
Ahora Lepage vuelve a ponerse al frente de la gran troupe que sobre todo en las últimas dos décadas ha creado una marca global con su música, sus colores y su particular manera de entender el circo en el mundo actual, con poéticas historias que vehiculan los diferentes números. Una troupe cuyos números son siempre espectaculares dentro y fuera de la pista: la gran carpa de Totem tiene capacidad para 2.500 personas y su montaje entero requiere ocho días porque no sólo se trata de la Gran Carpa de 19 metros de altura sino de los numerosos elementos de toda una ciudad sobre ruedas que se desplaza por el continente con 75 tráilers y 2.000 toneladas de equipo. Una pequeña ciudad en la que hay nada menos que 46 artistas, actores, músicos y cantantes de 16 países, además de una setentena de técnicos y empleados, por supuesto, familias, incluidos niños y profesores para ellos.
Los 46 artistas van a llenar de acrobacias, equilibrismo, patinaje, contorsionismo y payasos una historia de la que procedemos todos y en la que los protagonistas son un rastreador amigo de los animales, un científico darwiniano, un bailarín amerindio que danza la historia de la evolución de las especies o un hombre de cristal que viene a insuflar vida a la Tierra. Lepage cuenta que tenía dos puntos principales de partida para Totem, “ambos conectados con el tema de los animales”. Por un lado, señala, “estaba muy interesado en la historia de la evolución, porque en el año 2010 se cumplían los doscientos años de la teoría de la evolución y hoy hay en Estados Unidos mucha gente que no cree en ella. Pensé que estaría bien crear un espectáculo sobre la historia de la evolución y cómo en el cuerpo humano de hecho tenemos toda la historia de los diferentes animales que fuimos. Peces, anfibios, lagartos, monos, tantos animales... y nuestra gran eterna aspiración es ser capaces de volar. Para mí hay una historia en el cuerpo de los seres humanos íntimamente conectada al tema de la evolución”.
La segunda razón, añade, es que “como en el circo ahora no hay ya animales, y es una buena cosa, pensé que sería interesante recuperar de nuevo para un espectáculo de circo a los animales pero de forma muy humana. Sabía que los cuerpos de los acróbatas serían las herramientas ideales, porque dependiendo de la disciplina algunos acróbatas parecen serpientes, otros parecen volar, otros parecen monos... resultaba una manera muy interesante de explorar el tema”.
En cuanto al título, Totem, recuerda que “en las primeras naciones de Norteamérica su relación con los animales y con la jerarquía de animales estaba muy presente en su cultura, y de hecho literalmente tótem era el animal con el que te identificabas tú. Si te digo ‘te daré tu tótem’ es que te conozco un poco más, y que eres un conejo curioso o un peligroso tigre. Te doy una cualidad de un animal. Pero tótem en esas naciones indias también es un tronco donde ves la jerarquía de los animales, los anfibios abajo, luego los reptiles, los osos, los monos y el último arriba es el águila o algún tipo de animal volador, y de hecho esa es la historia del hombre, y cada número en el montaje está conectado con ese tronco, ese tótem”.
El montaje, con 46 artistas, está dirigido por uno de los grandes del teatro actual, el quebequés Robert Lepage