EE.UU. y Europa expulsan a decenas de diplomáticos rusos
La Administración Trump sorprende y ordena salir a 60 “espías”; España echa a dos
En una reacción coordinada sin precedentes, Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y Ucrania se unieron ayer en solidaridad con el Reino Unido y expulsaron de sus territorios a más de un centenar de diplomáticos rusos, en respuesta al reciente envenenamiento de un exespía y su hija en Salisbury. Sólo la Administración Trump expulsó a 60.
Washington / Bruselas. Corresponsales
Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y Ucrania se unieron ayer en solidaridad con el Reino Unido y anunciaron de forma coordinada la expulsión de diplomáticos rusos de sus territorios más importante que se recuerda desde el final de la guerra fría. En total, más de un centenar de agentes rusos, una reacción que responde al envenamiento con gas nervioso de un exespía ruso y su hija en Salisbury. Moscú advirtió que pagará con la misma moneda.
La Administración estadounidense no se molestó en presentarlos esta vez como diplomáticos y usó directamente el término técnico para espías al dar orden de abandonar el territorio estadounidense en siete días a 60 “agentes de inteligencia” acreditados por Rusia, acusados de realizar “operaciones encubiertas que amenazan la seguridad nacional”. La cifra sorprendió dada la tibieza que el presidente DonaldTrump demuestra hacia su homólogo ruso, Vladímir Putin.
Trump telefoneó a Putin la semana pasada para felicitarle por su victoria electoral pero no mencionó el incidente, considerado el primer ataque con gas nervioso en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, unánimemente atribuido a Moscú y condenado por la UE. Preguntada al respecto, la Casa Blanca dijo ayer que “no cierra las puertas” a aprobar sanciones directas contra Putin pero defendió la estrategia del presidente para mejorar las relaciones.
Washington también decretó el cierre del consulado ruso en Seattle, “por su proximidad” con una base de submarinos del ejército estadounidense y la empresa Boeing, indicó la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders. El uso de gas nervioso en suelo europeo “es el último ataque dentro del actual patrón de actividades desestabilizadoras en todo el mundo” por parte de Moscú.
El Gobierno ruso acostumbra a demorar unos días su respuesta pero, en general, reacciona echando al mismo número de diplomáticos que ha visto expulsados. Hace poco ordenó la salida de 23 agentes británicos de su territorio, la misma cifra que rusos proscritos por Londres. En julio, sin embargo, Putin reaccionó a la expulsión de 35 diplomáticos y la aprobación de sanciones por parte del Congreso estadounidense (y el bloqueo a la capacidad de Trump de alterarlas sin su consentimiento) expulsando a 755 representantes estadounidenses. Así, se argumentó, estarán en igualdad de condiciones, y Washington tendrá en Rusia los mismos representantes que Moscú en Estados Unidos (en teoría, 455, aunque el Departamento de Estado no confirmó la cifra). De momento, Rusia ha abierto una votación en Twitter para decidir qué consulado estadounidense debe cerrar sus puertas.
“Hemos encontrado gran solidaridad en nuestros amigos en la Unión Europea, América del Norte y la OTAN en las últimas tres semanas, enfrentados a las repercusiones del incidente de Salisbury”, celebró la primera ministra británica, Theresa May. “Hemos enviado el mensaje de que no toleraremos los intentos continuos de Rusia de saltarse el derecho internacional y socavar nuestros valores”, afirmó.
En su cumbre del viernes pasado, la Unión Europea mandó una señal clara. El ataque de Salysbury tenía
La Administración Trump sorprende y ordena salir del país a 60 “espías rusos” y el cierre de un consulado
un responsable, Rusia, y no podían dejarlo pasar cruzándose de brazos. El primer paso fue llamar a consultas al embajador de la UE en Moscú, y se anunciaron nuevas medidas para este lunes. Pues bien, llegaron ayer. En apoyo al Reino Unido, 14 estados miembros anunciaron la expulsión de más de 30 diplomáticos rusos. A la cabeza de la operación están los dos grandes, Alemania y Francia, y también Polonia, que expulsaron a cuatro cada uno; España echó a dos.
Además, en el anuncio de las represalias, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, afirmó que no se excluyen nuevas expulsiones en los próximos días y semanas. Es una iniciativa de apoyo al Reino Unido. Aunque el país esté en proceso de abandonar la UE, las dos partes son conscientes que la cooperación futura en seguridad y defensa continuará siendo esencial.
Además, se parte también de la consideración que no tomar ninguna medida significativa hubiera sido interpretado como otorgar una carta blanca a las acciones cada vez más agresivas de Moscú en los últimos años. Existe la convicción que el ataque no es un elemento aislado, sino que hay que contemplarlo en el contexto de la estrategia agresiva del Kremlin. Cierto es que la acción coordinada involucra sólo a la mitad de los países de la UE, pero entre ellos están todos los grandes y con un peso más significativo.
Rusia está sometida a sanciones económicas por la UE desde el 2014, por la anexión de Crimea y la desestabilización de Ucrania. Por el momento, nadie contempla incrementar este tipo de represalias. Se prefirió jugar una carta más habitual en el terreno diplomático, como es la expulsión de representantes sabiendo que la iniciativa comporta siempre una reacción equivalente por el otro lado.