Mateo Vilagrasa
ARTISTA Y ESCRITOR
El artista Mateo Vilagrasa expone en Lleida sus libros de autor y presenta Libro de libros, un compendio de sus diarios artísticos. Inmovilizado en silla de ruedas e imposibilitado para pintar, continúa la creación a través de la literatura.
La sala gótica del Institut d’Estudis Ilerdencs acoge hasta finales de abril una exposición del pintor Mateo Vilagrasa que, bajo el título Quaderns i llibres heterònims, recoge una amplia selección de todos sus libros de autor, además de sus cuadernos de notas y dibujos. Vilagrasa ha elegido Lleida para este retorno a la actualidad artística, agradecido por el trato que ha recibido en el hospital Arnau de Vilanova, desde que un accidente le mantiene inmovilizado en una silla de ruedas.
La exposición ha sido también el marco elegido para la presentación de Libro de libros, dos volúmenes bellamente editados por la Editorial Jiménez Godoy de Murcia, que recogen una amplia selección de sus dibujos, ideas, bocetos y cuadros, acompañado de anotaciones, aforismos, y reflexiones sobre el papel del pintor y el valor del arte.
Vilagrasa vive, junto a su compañera Montse Gomis y su hijo Arnau en la pequeña localidad de La Cardosa, entre La Segarra y l’Urgell, en una planicie desde la que se divisa el Montsec y el Pirineo más allá, un paisaje que el artista identifica con su estancia en Marraquech y la visión lejana del Atlas. “Es imposible pintar en mi situación, pero he trasladado la creación al pensamiento, necesito entretener este largo y lineal aburrimiento, que sea creativo”, afirma. “La cabeza me hierve, vuela y mi cuerpo es como una ballena varada, así que la creación sigue a través de la literatura y a través de ideas como las esculturas que realizo por medio de Montse y que hemos llamado Colada”. A través de la ventana puede observarse cómo en el tendedero hay una colada de figuras humanas colgadas como pieles secándose al sol, como si fueran víctimas de una guerra.
Libro de libros es un compendio de algunas de sus series más conocidas, desde el Diario de un nómada ,el Naufragio de Mat Viley, el Libro Escultura, Frankfurt o
Las últimas esculturas pintadas, pero también es un viaje por Europa, España y el norte de África, reflejo de la inquietud creativa de Vilagrasa, de buscar en su propio yo para proyectarlo con toda su fuerza en la pintura. “Procuraba que la palabra se fundiese con la pintura, a veces hacía de la letra una pintura, mezclaba técnicas y estilos. Mis cuadernos y libros de autor son los diarios de un pensador que pinta”.
Vilagrasa no oculta su debilidad por Pessoa y como él cultiva varios “yo” y se transforma en Mateo, en M.V. o en el viajero Mat Viley, para el cual “Europa es una inmensa autopista vista a través de un limpiaparabrisas”. El pintor afirma que “toda mi vida es un viaje interior a la búsqueda de mí mismo y ahora entiendo que esa búsqueda de mi ‘yo’, también era una búsqueda del ‘vosotros’, siempre de dentro hacia fuera”.
Otra de sus preocupaciones es “la luz que oculta lo profundo”. “Cuando tu mirada se vuelve hacia tu propio yo, el mundo se vuelve borroso como una nebulosa, pero si persistes en mirar más hacia dentro, de esa nebulosa, de esa oscuridad, saldrá la luz”. Vilagrasa cree que el arte es un “continuum, que conseguirá superar el neoliberalismo y la sociedad del mercado; la primera huella de la existencia humana está en las cuevas, y era arte”. Estas reflexiones ocupan buena parte del segundo volumen en los tres libros dedicados a la luz, el cuerpo y la geometría. La muestra Quaderns i llibres heterònims no es la única que Vilagrasa protagonizará este año ya que en abril volverá a exponer en Frankfurt, donde estableció su residencia en los setenta.
“La cabeza me hierve y mi cuerpo es como una ballena varada, así que la creación sigue a través de la literatura”