Tragedia siberiana
Las víctimas aumentan a 64 porque el sistema de alerta ni siquiera se activó
Crece la indignación en Rusia ante la sospecha de que los vigilantes del centro comercial incendiado el domingo –en el que murieron 64 personas, la mayoría niños– apagaron los sistemas de alarma.
La indignación aumentaba ayer a medida que crecía la tragedia causada por el incendio que se desató el domingo en un centro comercial de Kémerovo, en Siberia. El Comité de Instrucción de Rusia abrió una investigación por negligencia, ya que sospecha que los vigilantes del centro apagaron los sistemas de alarma, lo que retrasó la evacuación. Buena parte de los 64 fallecidos que hasta ayer contabilizaban las autoridades rusas son niños.
Según los investigadores, la alarma antiincendios ni siquiera llegó a activarse porque los trabajadores de la empresa encargada de la seguridad del centro comercial Zímnyaya Víshniya (Cereza de invierno) la habían apagado. “Hubo serias violaciones de la ley cuando se construyó el centro comercial y cuando ha estado funcionando. Las salidas de incendios estaban bloqueadas”, dijo la portavoz del comité, Svetlana Petrenko. Cuatro personas fueron detenidas.
Lo que constataron los investigadores lo señalaban antes familiares de las víctimas en los medios locales. En el digital Meduza, Alexánder Lillievyali dijo que él y su esposa Olga habían perdido a sus tres hijas, dos de 11 años y una de 5. Estaban en el cine, desde donde una de ellas llamó para decir que la sala estaba llena de humo y no podían salir porque las puertas estaban bloqueadas.
Se acumulan las pruebas de que cerrar las puertas de emergencia era una práctica habitual. Para escapar de las llamas, algunos hombres tuvieron que romperlas a patadas. Una mujer dijo al diario Komsomólskaya Pravda que su sobrina de 12 años la llamó desde el cine para despedirse y le explicó que las puertas no se podían abrir. Otra mujer informó al canal de Telegram LifeShot que su nieto suele ir a ese cine con sus amigos y los trabajadores del centro les explicaron que las puertas se cerraban para evitar que la gente se colase. Algunas personas lograron alcanzar las ventanas, desde donde saltaron al vacío para intentar salvarse. La ministra de Sanidad rusa, Veronika Skvortsova, explicó desde Kémerovo que uno de los que saltó es un niño que se encuentra en estado grave. Hubo 44 heridos, 11 de los cuales fueron hospitalizados.
El fuego se inició a las cuatro de la tarde del domingo (las 11:00 en España), cuando el centro estaba lleno de familias, al parecer en la cuarta planta, donde se encuentran varias salas de cine y una zona de atracciones con juegos infantiles. Los bomberos tardaron en apagar el incendio doce horas, y en ese tiempo el techo de la zona afectada se vino abajo. Los investigadores barajan varias teorías sobre el origen, “salvo el atentado terrorista”, apuntó ayer Serguéi Meniailo, delegado del presidente de Rusia en Siberia.
El centro comercial Zímnyaya Víshniya se encuentra en la avenida Lenin, la calle principal de Kémerovo, una ciudad de medio millón de habitantes a 3.000 kilómetros de Moscú y centro de la cuenca carbonífera del Kuznets (también llamada Kuzbás).
La Defensora del Menor de Rusia, Anna Kuznetsova, pidió que se revisen las medidas de seguridad en centros comerciales de toda Rusia. El de Kémerovo es el incendio más grave sucedido en Rusia desde el 2009, cuando se incendió una discoteca en Perm (Urales), provocando 156 muertos.
Se investigan todas las teorías sobre el origen del fuego, “excepto el atentado terrorista”, dicen las autoridades