La Vanguardia

El gendarme heroico francés recibirá un homenaje nacional en los Inválidos

- EUSEBIO VAL París. Correspons­al

Arnaud Beltrame, el teniente coronel de la Gendarmerí­a que murió de forma heroica, el viernes pasado, durante el secuestro en un supermerca­do en Trèbes, en el sur de Francia, recibirá mañana un homenaje nacional en el complejo de los Inválidos, en París. Un tributo de tal nivel de solemnidad, en la necrópolis militar que alberga también la tumba de Napoleón, es algo muy excepciona­l, pero lo quería el presidente, Emmanuel Macron, quien pronunciar­á un elogio fúnebre.

La investigac­ión sobre los ataques yihadistas, que causaron cuatro víctimas, además del propio terrorista –Radouane Lakdim, un francés de origen marroquí–, continúa con intensidad. Están movilizado­s 204 agentes. La novia del terrorista, de 18 años, sigue detenida, así como un amigo de Lakdim, de 17 años. Ella, igual que el autor de los atentados, estaba fichada por su radicalism­o religioso y había sido vigilada.

Han emergido, entre tanto, detalles que añaden mayor crueldad a lo sucedido en Trèbes. Se ha sabido, gracias a la autopsia, que las heridas de bala del gendarme – en un brazo, un pie y la cara– no eran letales. Beltrame murió como consecuenc­ia de los cortes en la traquea y la laringe con un cuchillo, prueba de que Lakdim lo intentó degollar. El gendarme aceptó entrar en el supermerca­do, manos en alto, y entregar su arma, a cambio de la liberación de una rehén que era usada como escudo humano.

Los partidos de la derecha –el Frente Nacional y Los Republican­os– prosiguen su ofensiva contra el Gobierno. Ambos tratan de sacar rédito del retorno del yihadismo en suelo francés. Marine Le Pen pidió la dimisión del ministro del Interior, Gérard Collomb, y la expulsión sin contemplac­iones de los extranjero­s fichados como peligrosos. En términos casi idénticos se pronunció el líder de Los Republican­os, Laurent Wauquiez, cuyo discurso cada vez es más próximo al de Le Pen. Wauquiez acusó a Macron de “inocencia culpable” y exigió que se reimplante el estado de emergencia que estuvo vigente tras la ola de atentados .

El fiscal jefe de París, François Molins, insistió en el carácter arbitrario e impredecib­le de la amenaza terrorista, y la dificultad de hacer un seguimient­o a todas las personas potencialm­ente peligrosas.

A nivel ciudadano, ayer se guardó un minuto de silencio en todos los supermerca­dos del país en recuerdo de las víctimas de Trèbes.

Arnaud Beltrame no murió por disparos sino por las profundas heridas de cuchillo recibidas en el cuello

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