La Moncloa cree que la detención deja claro “que hay un Gobierno al mando”
Rajoy urge a recuperar la normalidad y Santamaría exige neutralidad a Torrent
Mariano Rajoy se mostró ayer muy optimista, tras la detención de Carles Puigdemont en Alemania, en la reunión del comité de dirección de su partido. La noticia ha reforzado su convicción de que las cosas se han hecho bien en la gestión de la crisis catalana a pesar de que el artículo 155 sigue vigente y que, por tanto, las dificultades para aprobar los presupuestos –que requieren el apoyo del PNV– siguen ahí.
El presidente del Gobierno, en todo caso, insistió ante la cúpula del PP en la necesidad de dar carpetazo cuanto antes a esta grave crisis de Estado: “Es urgente recuperar la normalidad en Catalunya”, reclamó Rajoy.
El panorama no está ni mucho menos despejado, pero Soraya Sáenz de Santamaría sí aprovechó para celebrar desde la Moncloa la detención de Carles Puigdemont en Alemania. “¡Es una buena noticia!”, aseguró la vicepresidenta del Gobierno. Y lo es, a su juicio, porque demuestra que en España las instituciones funcionan, que todos los españoles son iguales ante la ley y, sobre todo, que “nadie puede infinitamente seguir burlándose de la justicia”. Además de que prueba que Europa “es un espacio de derecho”, unido en el respeto a la ley y la democracia.
Las astucias y estratagemas de Puigdemont, que pusieron en jaque al Gobierno español, habrían terminado con su arresto. Y Sáenz de Santamaría se colgó la medalla al subrayar que si Puigdemont no es hoy presidente fue gracias al recurso que en enero interpuso el Ejecutivo ante el Tribunal Constitucional, que impidió una investidura telemática y a distancia. Medidas cautelares que, advirtió, siguen plenamente “vigentes” e impiden que un candidato a la presidencia de la Generalitat “se pueda saltar la ley”, por mucho que Elsa Artadi anime a perseverar en el empeño.
El vicesecretario de comunicación del PP, Pablo Casado, también consideró que la detención de Puigdemont “demuestra que el independentismo ha naufragado”. Y lamentó que algunos pretendan seguir “amenizando” dicho hundimiento, como si de la orquesta del Titanic se tratara. “No nos alegramos de ningún mal a ningún adversario político –admitió–, pero sí de que la ley se cumpla”. Mostró así en nombre del PP “la satisfacción de vivir en una gran democracia, con el respaldo de los países de nuestro entorno”. Y, entre esos países, Alemania es un socio estratégico. Casado celebró igualmente que “a este Gobierno no le ha temblado el pulso”. “¡Aquí hay un Gobierno al mando que ha hecho posible que no se burle la ley!”, destacó.
Ahora bien, tanto Sáenz de Santamaría como Casado coincidieron en lanzar nuevos mensajes de advertencia al presidente del Parlament, Roger Torrent, a quien reclamaron neutralidad institucional y que no asuma un papel de presunto líder del proceso independentista que aseguraron que ni puede ni debe corresponderle. Así, la vicepresidenta acusó a Torrent de “extralimitarse en sus funciones”. “Se le olvida que es el presidente del Parlament, no es su tarea ser el presidente de determinados frentes antidemocráticos, espero que sea consciente de que no está ahí exclusivamente para atender a sus seguidores”, insistió.
En el PP hubo quien se preguntó si alguien se imaginaría a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, reclamando un “frente común” a los grupos parlamentarios. La “primera y única función” de Torrent, zanjó la vicepresidenta y corroboró Casado, es proponer un candidato “viable” para presidir la Generalitat, “que no esté fugado, ni preso ni incurso en procedimientos judiciales”. “Lo demás es aderezo”, replicó Sáenz de Santamaría. “Catalunya necesita un presidente de la Generalitat dentro de la ley y fuera de la cárcel. Lo demás es seguir utilizando Catalunya como si fuera un escenario de los independentistas, cuando lo que es y tiene que ser es una tierra de normalidad, económica, social, institucional y democrática”,
“Nadie puede seguir burlándose de la justicia infinitamente”, zanja la vicepresidenta del Ejecutivo
subrayó la vicepresidenta. “¡Que acabe esta pesadilla!”, reclamó Casado. En el PP, no obstante, destacan que aunque Torrent eleve el tono declarativo, se cuida mucho de “no cruzar la raya”. Y tampoco demandan su dimisión, como reclama Inés Arrimadas, porque “no sería efectivo”.
Rajoy, que el domingo telefoneó a Pedro Sánchez y Albert Rivera tras la detención de Puigdemont, también compartió ayer con la cúpula del PP la impresión de que en Catalunya existe “un gran hartazgo social”, lo que consideran que hará perder brío al conflicto y animará la búsqueda de soluciones reales para desbloquear una investidura que, ahora sí, tiene el reloj en marcha.