La CE mantiene invariable su pleno apoyo al Ejecutivo español
No hay cambios. Ya es conocida cuál es nuestra posición sobre el conflicto de Catalunya y de aquí no nos movemos. Este es el mensaje que ayer, una vez más, repitió la Comisión Europea al ser interrogada sobre los últimos acontecimientos, es decir, la detención de Carles Puigdemont en Alemania y el encarcelamiento de los diputados catalanes, incluido el candidato a presidir la Generalitat Jordi Turull. “Nuestra posición sobre Catalunya permanece inalterada” dijo el portavoz, Alexander Winterstein, que demostró que seguía instrucciones muy precisas de no moverse ni un milímetro del guion preestablecido. Siguieron multitud de preguntas, la gran mayoría de periodistas no españoles, reclamando desde distintos ángulos que la Comisión tomara posición sobre si había alguna infracción de derechos fundamentales o si se estaban respetando las llamadas al diálogo entre las partes. Pero, sin mucho éxito. El portavoz se refugió invariablemente en el “ya lo dijimos”, “no hemos cambiado”. Y si la presión seguía, añadía que no iba a comentar “cada desarrollo individual” de los acontecimientos. Era evidente la voluntad de no pronunciarse y simplemente repetir que no había variaciones a la vista.
En los últimos meses, la Comisión Europea ha mantenido siempre una posición contundente a favor del Gobierno español en el conflicto catalán. Ha recurrido a los argumentos de cuestión interna y respeto a la legalidad para posicionarse sobre el tema. Si este lunes el diputado de ERC Jordi Solé se preguntaba retóricamente “¿Dónde está la Comisión Europea, dónde está el señor Juncker?”, la respuesta indirecta del portavoz del Ejecutivo comunitario fue que está donde siempre, sumándose a las tesis del Gobierno español. De las tres instituciones europeas, tanto el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, como el del Parlamento, Antonio Tajani, siempre han mantenido posturas férreas, sin matices considerando el conflicto catalán un tema interno español, que debía resolverse con respeto escrupuloso a la ley. También el presidente de la tercera institución, el Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, mantiene esta posición, pero suele introducir algún matiz, alguna llamada al diálogo, al entendimiento.