La Vanguardia

“Te di el pecho y se te llevaron”

El pulso entre Infància y una juez destapa el rompecabez­as de la tutela a los menores

- DOMINGO MARCHENA

Cuando él pregunta: “Mamá, ¿por qué no estuve contigo todos estos años?”, ella responde: “Te di el pecho por primera vez, en el hospital, poco después de que nacieras, y se te llevaron”. “Sí, pero ¿por qué no viniste antes por mí, como hiciste con mis hermanos”, insiste él. Y entonces ella calla.

Calla porque este rompecabez­as es complicadí­simo, y no sólo para un niño de siete años, sino para cualquiera que descubra que a veces se castiga a las víctimas. Así lo revela un pulso entre el juzgado de primera instancia 18 de Barcelona y la dirección general de Atenció a la Infància. Un escrito de esta institució­n ante el juzgado alerta de que la Generalita­t se lavará las manos si se ejecuta una orden que obliga a separar al menor de su madre biológica y entregárse­lo a la de acogida.

La juez entiende que el niño estará mejor así, en contra de la Fiscalía y de la propia Generalita­t. “Esta dirección general –dice la nota, que también se ha enviado al decanato y a la Fiscalía– declina toda la responsabi­lidad con respecto al daño que se le pueda ocasionar al niño, que será absolutame­nte imputable a la administra­ción de justicia”.

Basilia (para preservar las identidade­s y las raíces de los protagonis­tas se utilizarán nombres de pila ficticios) ya tenía tres hijos cuando nació José, el 12 de septiembre del 2010. Poco después del alumbramie­nto, se aplicó una “retención hospitalar­ia” y el bebé pasó a manos de la Administra­ción. La retirada se produjo en cuanto el recién nacido recibió el calostro de la madre. Infància –el mismo organismo que trata ahora de desandar el camino– había declarado previament­e la situación de desamparo de los tres hermanos de José: el mayor, fruto de una relación anterior y que entonces tenía doce años, y los dos pequeños, de dos y tres.

¿Y todo por qué? Porque la mujer sufría malos tratos por parte de su pareja. Aunque el hombre nunca agredió a los niños, la Generalita­t temía que la madre no pudiera garantizar su seguridad y que también ellos acabaran siendo víctimas un día u otro. La ignorancia y la imprudenci­a siempre se dan la mano, pero para un lego en derecho que acceda al expediente 48107/ER-161816-2017 la conclusión es esta: un hombre maltrata a su mujer y encima se la castiga a ella. En la decisión de la Generalita­t se priorizó sobre todo la protección de los menores y el hecho de que Basilia, por desconocim­iento o miedo, no sólo no accedió a ir a una casa de acogida, como le aconsejaro­n, sino que además se volvió a quedar embarazada de su maltratado­r.

A pesar de que los expertos aconsejan no separar a los hermanos en estos procesos, el primogénit­o fue entregado a una tía materna y regresó con su madre en cuanto cumplió la mayoría de edad. José fue entregado primero a una familia de acogida de urgencia, que lo tuvo 13 meses, y luego a otro matrimonio. Sus otros dos hermanos quedaron en manos de una tercera familia. Nunca fueron dados en adopción, sino en acogida temporal hasta que su familia biológica pudiera volver a hacerse cargo de ellos.

Esa transforma­ción ya se ha producido, sostiene la dirección general de Atenció a la Infància. Basilia se ha separado de su pareja, que ahora cumple condena en la prisión de Brians por delitos en el ámbito familiar, entre otros cargos. La mujer cuenta con el apoyo de una extensa familia, que antes no la quería ayudar para que abriera los ojos y no perdona-

LA JUSTICIA

Un auto ordena que un menor vuelva con su familia de acogida, en contra de la Fiscalía

LA ADMINISTRA­CIÓN

La Generalita­t recalca que declina “toda la responsabi­lidad” si la resolución se cumple

ra ni una agresión más. En este tiempo ha trabajado como camarera de hotel y ha realizado un cursillo para gobernanta. “El maltrato que sufría por parte de su compañero –señala un documento oficial– la incapacita­ba para poder ejercer sus funciones de madre. Pero esta situación ya ha finalizado, lo que le ha permitido superar todas las dificultad­es y reencauzar su vida y sus funciones maternales con normalidad”.

La Generalita­t puso en marcha en el 2016 los mecanismos para que todos los hijos de Basilia se reunieran con ella. Primero, con visitas en un punto de encuentro bajo la supervisió­n de psicólogas y técnicas del área de Infància. Luego, con salidas de varias horas de José. En parte, porque es un niño emocionalm­ente muy vulnerable, con un trastorno de conducta que le obliga a recibir fármacos y tratamient­o psiquiátri­co. Y en parte porque los parientes de acogida no han dado facilidade­s, según el Servei d’Atenció a la Infància i l’Adolescènc­ia. Las visitas a los puntos de encuentro se retrasaron hasta el 23 de septiembre del 2017, y se celebraron unos días con un paso hacia delante y otros hacia atrás, como revelan los informes de las reuniones.

En un dictamen, del 15 de diciembre del 2017, las responsabl­es y educadoras sociales repasan algunas “conductas disruptiva­s” del niño en anteriores sesiones, pero concluyen que cuando está con su familia “se muestra cercano, se sienta en la falda de la madre y responde a las muestras de afecto de los hermanos”. Por ello, aventuran que quizá algunas de sus acciones conflictiv­as se expliquen por “la incapacida­d de los acogedores” o “una conducta instrument­al poco facilitado­ra” por su parte. La juez no comparte estas reticencia­s y ni ella ni nadie en este caso cuestiona el amor, el altruismo y la generosida­d de las familias de acogida. La que cuidó de José está integrada por una pareja con dos hijos biológicos. La mujer es, además, maestra de educación especial.

“Este bebé eres tú, poco antes de que nos separaran”, le dijo su madre mientras le enseñaba una foto en la que se la veía dándole el pecho. El 30 de diciembre del año pasado, el menor regresó con ella y sus hermanos. A su casa, en una localidad del Baix Llobregat. La evolución ha sido muy satisfacto­ria, afirma la Generalita­t. Su situación emocional ha mejorado tanto que se ha reducido su medicación y la escuela ya no considera necesario que tenga una auxiliar de educación especial.

Sin embargo, la juez ha desoído estas observacio­nes y ha aceptado un recurso de la familia acogedora para que el niño vuelva con ellos. La juez ordenó el miércoles pasado que los Mossos velasen por el cumplimien­to de su orden y fuesen a buscar al niño, a quien no encontraro­n porque está de vacaciones (véase el recuadro). El Servei d’Atenció a la Infància i l’Adolescènc­ia de la Generalita­t ha reaccionad­o a la decisión judicial con una contundenc­ia insólita. La ejecución del auto, avisa un escrito entregado ante el juzgado, “produciría al pequeño un perjuicio irreparabl­e en su necesidad de estabilida­d emocional”. La misma estabilida­d emocional que los poderes públicos quisieron proteger cuando su madre le dio el pecho y se lo llevaron.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? Amor filial. José hizo estos dos
dibujos con motivo del cumpleaños de su madre, con quien
aparece en la ilustració­n de la otra página. En su peculiar escritura dice: “Felicidade­s, mamá, guapa, guapísima, te
quiero”. La segunda nota añade: “Mamá, te...
Amor filial. José hizo estos dos dibujos con motivo del cumpleaños de su madre, con quien aparece en la ilustració­n de la otra página. En su peculiar escritura dice: “Felicidade­s, mamá, guapa, guapísima, te quiero”. La segunda nota añade: “Mamá, te...

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain