Barcelona estudia un wifi público de fácil acceso
El sistema, que simplifica el uso con una nueva tecnología, fue probado durante la última edición del Mobile World Congress
Abrir el navegador, ir a una página web, registrarse en esa dirección, recibir un correo electrónico para confirmar el registro y, por fin, surcar por la red. Este es el protocolo que se debe seguir cada vez que una persona se quiere conectar por primera vez a uno de los 2.072 puntos wifi de acceso a gratuito a internet que ofrece el Ayuntamiento de Barcelona. Una rutina que, además, requiere recordar el usuario y la clave de acceso cuando se pretende volver a utilizar. Con el objetivo de facilitar su uso, el Consistorio tiene en mente un plan para simplificar este proceso a través de una tecnología de reciente creación llamada Passpoint.
El nuevo sistema será “como conectarse al wifi de casa”, describe Jordi Cirera, director de Telecomunicaciones e Infraestructuras del Institut Municipal de Informàtica. El wifi de nueva generación crea un “certificado digital automático” que agrupa todos los trámites en un solo paso. “Evidentemente, cumple con todos los requisitos de seguridad y legales”, remarca Cirera, que considera que con esta innovación se puede conseguir una mejora “sustancial” en el servicio de wifi público.
El nuevo protocolo, que facilita el acceso pero no mejora la velocidad, se probó en el mejor escaparate posible: la última edición del Mobile World Congress (MWC). La prueba piloto fue gestionada por el Ayuntamiento, la Wireless Broadband Alliance (WBA), Fira de Barcelona, el aeropuerto de El Prat y la GSMA, la patronal mundial del móvil que organiza el congreso. Miles de congresistas probaron el nuevo wifi durante la gran feria. “El test fue muy bien”, valora Jordi Cirera. “Como ya teníamos sus datos por la acreditación, tan sólo llegar al aeropuerto ya se conectaron al wifi de forma automática y les acompañó durante toda su estancia”, explica. Los congresistas únicamente debieron aceptar la conexión. Un sólo clic y ya podían navegar por internet. El MWC sirvió para examinar la capacidad de reconfiguración de la actual red municipal. Concretamente, se habilitaron 284 puntos con la nueva tecnología.
“Es un ejemplo de cómo el MWC actúa como tractor para la innovación en Barcelona. Nos permite testar cosas de la mano de operadoras y empresas, como queremos hacer también con el proyecto 5G Barcelona”, señala el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento, Gerardo Pisarello. Y es que para hacer posible aquel primer paso se colaboró con operadores internacionales como ATT, T-Mobile US, Telecom o Charter Comunications, entre otros. “Ahora el reto es extender estas mejoras a toda la ciudad”, se propone el número dos de la alcaldesa Ada Colau. “Se trata de garantizar el acceso a internet por una cuestión de justicia, pero también de eficiencia: si queremos ser una ciudad delantera en innovación no podemos dejar fuera el talento de nadie”, argumenta el primer teniente.
El principal escollo para el plan del Ayuntamiento no será el económico. “No se necesita una inversión muy grande, es todo cuestión de reconfigurar la red que ya tenemos”, revela el director de Infraestructuras del Institut Municipal de Informàtica. El problema será otro: el marco regulador que controla las conexiones públicas. Por ley, los ayuntamientos no pueden prestar libremente accesos a internet de forma ilimitada porque se puede considerar que atentan contra el “principio de inversión privada en el ámbito de las comunicaciones electrónicas”. Así pues, la velocidad y la capacidad de bajar archivos está muy limitada. De nada sirve simplificar el acceso al servicio si después no responde a las expectativas del usuario.
A finales del año pasado el Ayuntamiento aprobó una declaración institucional a favor de una red de wifi libre, accesible y de calidad que constataba las limitaciones de la legislación estatal y europea. “Ciudades como Barcelona estamos haciendo los deberes, pero una normativa estatal obsoleta no nos permite avanzar en un servicio básico como ya es internet”, sostiene Gerardo Pisarello.
El Ayuntamiento espera un cambio de regulación para impulsar la conexión de nueva generación