Joona Lina contra el terrorismo
Alexandra Coelho y Alexander Ahndoril, esto es, Lars Kepler, publican “El cazador”, su sexta novela
Es esta la historia de un matrimonio sueco que decidió escribir a cuatro manos. Bajo el pseudónimo de Lars Kepler (Lars como homenaje a Stieg Larsson y Kepler por el científico alemán, “también investigador de historias criminales”) se esconde un equipo literario formado por Alexandra Coelho y Alexander Ahndoril. Con ellos llega a Barcelona El cazador (Penguin Random House), la última obra de este dúo profesional que ha logrado ser el más exitoso del thriller nórdico.
La esperada sexta entrega de la celebre serie protagonizada por Joona Linna cuenta ya con doce millones de ejemplares vendidos en cuarenta idiomas. El cazador es una novela negra experimental que une la adrenalina de la violencia, un ritmo frenético, escenas de sexo y personajes singulares como el del chef. “El asesino en esta ocasión es muy cruento, itinerante y selectivo”.
El inspector Joona Linna –lleva dos años en una prisión de alta seguridad, “visitamos la más grande del país, fue chocante”– es requerido por los servicios secretos para resolver una alarma terrorista. A cambio le prometen la libertad. Linna y Saga Bauer (“gélida, potente, lleva el nombre de nuestra hija”), que vuelven a trabajar juntos, descubren la única conexión entre las víctimas. Todas creen oír, antes de que el verdugo ataque, una antigua canción infantil: “Diez conejitos blancos en peligro, en lugar de ir al paraíso van al infierno”.
El cazador incluye referencias al mundo de los refugiados y el terrorismo. “En Suecia nos afectaron para siempre asesinatos como el de Olof Palme. Nuestro asesino mata por venganza. En la tradición sueca la novela negra es social porque consideramos que un crimen no es un fracaso de un solo individuo, es el fracaso de toda una sociedad. Y es social porque se hace eco de los cambios, por ejemplo en Suecia tenemos ya generaciones de jóvenes que no quieren ser definidos ni como chicos ni como chicas”.
Habrá adaptación televisiva y cinematográfica de las novelas de este matrimonio de creadores que han llevado su trabajo al límite. “Nuestra primera novela la ambientamos inspirándonos en nuestra propia casa. Pero entonces todo se volvió perturbador. Cada rincón de la cocina, del salón, se convirtió en una imagen de terror... hasta tal punto creció nuestra angustia que tuvimos que cambiar de casa”, explica Alexandra.
¿Cómo se lleva a cabo una novela a cuatro manos? “Nos ponemos uno
“En la novela negra sueca creemos que un crimen no es el fracaso de un individuo, sino de toda la sociedad”
delante del otro, con el ordenador. El primero que acaba una secuencia le envía un correo al otro. Éste añade los cambios que considera y lo reenvía...”. Un proceso de escritura al que les costó llegar. “Nos queremos mucho, tenemos tres hijos, pero al principio no era fácil. Hasta que introdujimos este tercer personaje inventado que es Lars Kepler. Y Lars se apoderó de nosotros y dejamos de lado nuestra vanidad...”.
“Uno no hace novela negra porque le guste la violencia sino para volcar sus miedos”, explica Alexandra, que considera que el género negro es optimista “porque, al final, pasas del caos al orden y en la vida no siempre ocurre así”.