Alarma por que las muertes de tráfico aumentan un 75% en el 2018
Las carreteras catalanas han registrado este año un 75% más de fallecimientos que en el 2017
La periodista Neus Sala ganó el año pasado el concurso de la última campaña emitida por el Servei Català de Trànsit (SCT). A varias personas anónimas se les preguntaba qué cifra de muertos por accidente les parecía razonable... “Tres, cuatro, diez”, respondían los protagonistas del spot, hasta que en la pantalla del cine donde estaban aparecían imágenes de sus seres más queridos. “¿Y si los muertos fueran estos tres, estos cuatro..?”, preguntaba una voz en off .... Es fácil imaginar la reacción: “No, por Dios, esos no. Cero, cero, que sean cero”.
Cuando se eligió esta campaña, en el SCT las estadísticas de la siniestralidad en las carreteras catalanas mantenían una tendencia a la baja que gracias al esfuerzo de muchos, los primeros los propios automovilistas, ha salvado la vida desde el año 2000 a cerca de 7.000 personas. Todo empezó con los radares, la dureza de las sanciones, las noches en los calabozos, el carnet por puntos y aquellos plafones en las autopistas en los que el entonces responsable de la dirección general de Trafico, Pere Navarro, daba las gracias a los conductores por su cambio de cultura y actitud al volante.
Pero algo ha pasado este primer trimestre del 2018. Las cifras han dado un vuelco, se ha invertido completamente la tendencia y hasta ayer 49 personas habían muerto en accidentes de tráfico. La cifra, muy fría, esconde 49 historias de vidas truncadas absurdamente en el asfalto. Y representan un incremento del 75% con relación a la misma fecha del año pasado, en el que habían fallecido 28.
¿Qué está pasando? Y la prepara hay que acotarla a qué está pasando concretamente en Catalunya, porque las cifras en el resto de España –tanto por comunidades autónomas como en el global– tienden a mantener el descenso en la siniestralidad, tras un arranque de año complicado.
El tráfico no es una ciencia exacta, y los técnicos del Trànsit consultados por La Vanguardia este reportaje explican que es pronto todavía para sacar conclusiones y que un periodo de tres meses es demasiado pequeño para marcar tendencias. Pero ya se han detectado algunos elementos que ayudan a contextualizar ese incremento, sin perder de vista que en el 90% de los accidentes la responsabilidad sigue siendo del conductor y de los errores humanos.
El primer factor en el que inciden los técnicos es que “la velocidad de infracción se ha incrementado en dos kilómetros por hora”. Los radares, tanto los fijos como los móviles, sancionan a vehículos que, de media, van más rápidos que antes. Ahora se pisa más el acelerador. “Necesitamos pacificar el tráfico y que el conductor vuelva a sentir la amenaza de una multa en el cogote”, advierte Trànsit. Para ello, a partir de hoy, se tratagunta rán de optimizar todos los recursos posibles, Mossos d’Esquadra y policías locales, para que la Semana Santa no sea una semana de pasión en la carretera. Los conductores deben saber que una de las prioridades de los agentes de tráfico será rebajar la velocidad.
Eso significa que los agentes intentarán desplegar todos los radares móviles que puedan. Trànsit espera volver a recuperar estos días la interlocución directa con los automovilistas. Pero hay un problema: hay menos mossos en las carreteras, como ha denunciado un sindicato policial. Es un hecho innegable. Tras varios años sin promociones, la dirección del cuerpo decidió engordar comisarías como la de Información, y todo ese personal fue saliendo de Seguridad Ciudadana. También de Tráfico.
Todo suma, y esa falta de policías –que no es exclusiva de Catalunya– es muy relevante. En el resto de España, hace tiempo que se advierte que faltan 1.000 guardias civiles de Tráfico. En cuanto a la interlocución con los automovilistas, Trànsit asume que el actual contexto político en el que los mensajes que se derivan del procés lo ocupan absolutamente todo hace prácticamente imposible que cale cualquier otra consigna. No hace tanto, la foto de un motociclista cazado por un radar al doble de la velocidad permitida podía ser imagen de portada. Ahora eso es impensable. “En general, las informaciones del tráfico han dejado de interesar, y cuesta mucho que los automovilistas reciban nuestros mensajes
LAS POSIBLES CAUSAS
Los infractores van a una media de dos km/h más rápido que antes de la ‘epidemia’
ERRARE HUMANUM EST
En el 90% de los casos, la responsabilidad es de los conductores y los errores humanos
de prevención y de seguridad”. En otro contexto, la noticia de que la siniestralidad en las carreteras catalanas se ha incrementado un 75% habría acaparado las primeras páginas de los diarios, y ahora pasa casi desapercibida.
Tampoco ayuda que desde finales de octubre no haya Govern ni conseller de Interior al que formular propuestas. El actual marco tampoco es el mejor para aconsejar mejoras. Maria Eugènia Doménech sigue al frente del SCT, pero en funciones, lo que ha provocado que durante estos meses sólo haya comparecido una vez ante la prensa y fue precisamente esta semana, cuando lo hizo para anunciar el plan de choque contra la siniestralidad.
En el palacio de la Moncloa tienen aparcado desde hace tiempo el proyecto de reforma de la ley de Tráfico. El Gobierno, con los presupuestos pendientes de aprobar y el incendio de Catalunya, tiene otras prioridades. Y eso frena propuestas como la de reducir de 100 a 90 km/h la velocidad en las carreteras compartidas, aquellas que no tienen mediana que separe los dos sentidos de la marcha. En Francia han reducido la velocidad en esas vías a 80 km/h.
Son pequeños factores que van sumando. Pero con sólo tres meses de recuento no se puede asegurar, insiste Trànsit, que haya una tendencia de crecimiento consolidada. Es bueno repasar cómo han sido los 41 accidentes mortales de este primer trimestre. Las causas reúnen los mismos factores de siempre: velocidad, distracción, alcohol, drogas y ausencia del cinturón de seguridad. Y, sobre todo, a más velocidad, más daño. Por eso, en siete de los accidentes hubo más de un muerto.
Hay otro dato destacable: las motos. De los 49 muertos, 13 eran motoristas, y en uno de los accidentes murieron padre e hijo. Los responsables de Trànsit ya tienen claro que la próxima campaña de prevención estará dedicada a un factor, la velocidad, y dirigida especialmente a un colectivo, el de los motoristas, que vuelven a protagonizar cifras preocupantes.
Por cierto, aunque es imposible legislar en estos momentos, a Trànsit le encantaría prohibir que se pueda circular en moto sin guantes o con chancletas. Parece una tontería, pero algo parecido se pensaba cuando comenzó la campaña que obligaba a circular con casco y desde entonces se han salvado miles de vidas.
Otro dato resaltable es que de esos 49 muertos, cinco eran peatones. Fallecieron atropellados en autopistas o carreteras. En este factor también tiene previsto actuar próximamente Trànsit, sabedor de que son fallos, errores humanos que ya no deberían producirse, como caminar de noche por un arcén sin elementos reflectantes, o detenerse en una vía rápida para ayudar a un conductor y abandonar el vehículo sin tomar las debidas precauciones.
Habrá que esperar a la evolución de los próximos meses, dice Trànsit, cuyos responsables también destacan que a consecuencia del crecimiento económico y la incesante llegada de visitantes, también por carretera, hay muchos más trayectos. Pero no quieren caer en la falsa ecuación de que, a más movilidad, más siniestralidad, porque la tendencia a la baja se produjo en momentos de crecimiento. El objetivo ahora es que los conductores sean conscientes del peligro de la velocidad. La policía de carretera y los radares estarán ahí para recordárselo. Les va la vida en ello.
MEDIDAS EN BARBECHO
La Generalitat quiere que los motoristas vayan con guantes y sin chancletas