Deseo compartido

Soy consciente de que las prisiones han alimentado el nacionalismo. No soy jurista. Tampoco lo son los que estos días bloquean de nuevo calles y carreteras. Me parece superficial cuestionar, sin saber, las decisiones judiciales. Lo que sí sé es que lo que ha pasado en Catalunya no ha sido inocuo. No sé si entra en el concepto de rebelión del tipo penal, pero sí que fue una rebelión en el sentido vulgar del término.

En septiembre, con el hemiciclo medio vacío, se aprobó una ley de ruptura sin tener los votos necesarios para ello. Ni siquiera tuvieron la decencia de establecer un umbral mínimo de participación en el referéndum. Para muchos eso no importa, pero para otros muchos sí. Estamos cansados de que nos traten como si no existiéramos. De que hablen de un pueblo catalán que no existe como tal. Existe una mitad de catalanes y otra mitad de catalanes. Y todo, ¿por qué y para qué?

España no es el juez Llarena, ni es Rajoy, ni es el concepto uniforme y negativo que proyectan los nacionalistas. España es mucho más. España es Galicia, Murcia, Baleares, Andalucía..., es gente de derechas y de izquierdas; intelectuales, artistas, científicos, deportistas...; gente ordinaria y gente extraordinaria.

En suma, es como Catalunya, un lugar donde hay personas de todo tipo y donde cultura catalana y española convivían, conviven y muchos deseamos que sigan conviviendo plenamente.

TERESA GARZÓN GARZÓN Barcelona