David Oyelowo, un nuevo príncipe de cine
El actor británico desciende de una familia real de Nigeria
Si el príncipe más conocido de la pantalla en los años noventa fue El príncipe de Bel Air, encarnado por Will Smith, ahora le ha salido un real competidor: David Oyelowo, uno de los actores negros más importantes de Hollywood. Y como muestra basta la comedia de acción Gringo: se busca vivo o muerto.
Se mudó a Estados Unidos hace más de una década desde su Inglaterra natal, decidido a ganarse un lugar en la industria más poderosa del cine, y hoy puede decir que lo ha logrado. En Gringo ha compartido cartel con otros dos emigrantes exitosos, la sudafricana Charlize Theron y el australiano Joel Edgerton. Al igual que ellos dos ha conseguido éxitos a lo largo de una carrera que empezó en la universidad, para desesperación de su padre, que soñaba que fuera ingeniero o abogado. En el 2001 se convirtió en el primer actor de color que interpretó a un rey inglés, concretamente en Enrique VI, en una apuesta de la Royal Shakespeare Company. Pero también le ganó la contienda a algunas de las mayores estrellas afroamericanas, para quedarse con el papel del icónico Martin Luther King jr. en Salma, la película de la hoy muy popular Ava DuVernay por la que obtuvo la primera de sus dos nominaciones al Globo de Oro.
Lo que sin dudas diferencia a Davd Oyelowo de Charlize Theron, de Joel Edgerton, y probablemente del resto de las figuras hollywoodienses, es que quien interpretó a un rey africano en Un reino unido junto a Rosamund Pike tiene realmente sangre azul corriendo por sus venas. En efecto, su padre, nacido en Nigeria, pertenece a la etnia de los yoruba, y su abuelo alguna vez ostentó el trono de una región del este de ese país africano. Nacido en Oxford el 1 de abril de 1976, cuando tenía seis años David se mudó con sus padres a esa parte del mundo, donde permaneció hasta que tuvo 14. El actor contó a National Public Radio que de niño su padre trataba de impresionarle mostrándole las marcas tribales que lleva en el rostro, cuatro en cada mejilla, asegurándole que eran producto de una lucha cuerpo a cuerpo que había tenido con un tigre. Cuando descubrió que todo era una mentira, tampoco creyó que pertenecía a una familia real, “pero cuando llegamos a Nigeria, nos mudamos a la calle Oyelowo, que se llamaba así por mis ancestros, y de pronto comprendí que era verdad”.
David recuerda que lo que más le impactó de la experiencia de vivir en África no fue formar parte de la realeza, sino dejar de pertenecer a una minoría étnica y ser simplemente uno más. El actor señala que su apellido quiere decir en yoruba “rey que merece respeto”, por lo que sólo puede llevarlo alguien de la realeza, aunque se ocupó de aclarar que el concepto es muy diferente al que se tiene en Inglaterra: “Si arrojas una piedra allí, le pegarás sin duda a unos 30 príncipes”, le dijo al diario The Independent en tono jocoso. Aun así, en diálogo con La Vanguardia explicó que su sangre azul ha contribuido al espíritu emprendedor y a la búsqueda de desafíos que le ha llevado tan lejos, aun cuando tras regresar a Inglaterra sus compañeros le llamaban burlonamente “coco” por ser negro y querer obtener logros hasta entonces reservados a los blancos: “Cuando creces en un país en donde perteneces a la minoría, eso puede hacer que sientas que eres menos que los demás, pero yo nunca tuve ese problema. Siempre me sentí un igual, y aunque puede tener que ver con mis ancestros, también me ayudó vivir en Nigeria y tener un padre que me enseñó a respetarme a mí mismo. De todos modos, no viene mal tener un apellido con semejante significado”, dice divertido.
El apellido del intérprete de ‘Gringo: se busca vivo o muerto’ significa en yoruba “rey que merece respeto”