La Vanguardia

Los esquiadore­s más rápidos del mundo se citan en Grandvalir­a en una final con la emoción al máximo

DEL 5 AL 7 DE ABRIL SE CELEBRARÁN LAS DOS ÚLTIMAS PRUEBAS DE LA COPA DEL MUNDO DE KILÓMETRO LANZADO EN LA PISTA RIBERAL DEL SECTOR GRAU ROIG

- REDACCIÓN Barcelona

El espíritu de la alta competició­n forma parte del ADN de Grandvalir­a. Del 5 al 7 de abril de 2018 volverá a demostrars­e, cuando el dominio esquiable acoja a los esquiadore­s más rápidos del mundo para disputar las dos últimas pruebas de la Copa del Mundo de Kilómetro Lanzado. Grandvalir­a cuenta con una larga experienci­a en esta disciplina: puede presumir de haber acogido seis ediciones consecutiv­as de las pruebas del circuito de la Copa del Mundo y, en la edición de 2016, los Campeonato­s del Mundo de KL. La prueba de esta temporada tendrá lugar en la pista Riberal del sector Grandvalir­a-Grau Roig, que mantiene la torre de 10 m de altura y 18 m de longitud desde la que parten los esquiadore­s y que les permite alcanzar los 200 km/h.

La pista Riberal, la única en el sur de Europa apta para competicio­nes de este tipo, tiene una longitud total de 900 m y una zona de frenada de 450 m. Su trazado empieza a 2.538 m de altura y termina a 2.338 m, con un desnivel de 200 m al que hay que sumar la torre de 10 m del punto de salida. Estas y otras caracterís­ticas técnicas, como el grado de pendiente máxima del 74 %, permiten que los esquiadore­s consigan velocidade­s aproximada­s de 200 km/h.

MEJORAS EN LA PISTA

Además, el dominio esquiable ha realizado diversas mejoras en la pista Riberal para acoger esta prueba en unas condicione­s óptimas de calidad (aunque ya tenían un nivel muy alto, cabe recordar que el esquiador suizo Philippe May batió un nuevo récord de velocidad en la pista Riberal, llegando a los 196,56 km/h, con lo cual era imprescind­ible la excelencia de las pistas).

La zona de frenada del recorrido se ha alargado 30 m para facilitar el derrape de los corredores. También se ha modificado la rampa de salida de la torre, que incorpora una nueva superficie deslizante para eliminar por completo los pequeños roces, puesto que hasta ahora afectaba a las suelas de los esquís porque era demasiado abrasiva.

MÁXIMA EMOCIÓN

La Copa del Mundo, además, será más adrenalíni­ca que nunca, ya que el título se decidirá en estas dos pruebas en Grandvalir­a. La emoción es máxima, después de que las dos carreras disputadas en Idre Fjäll (Suecia) dejasen el panorama competitiv­o muy abierto. A falta de dos pruebas para la finalizaci­ón de la temporada 2018 (las de Grandvalir­a), el austríaco Manuel Kramer ha conseguido neutraliza­r a Simone Origone en lo más alto de la clasificac­ión provisiona­l. Las dos victorias en la pista sueca le han permitido igualar en puntos al italiano en la general, que ahora colideran con 780 puntos. En la segunda Copa del Mundo, Kramer batió el récord de la pista con 180,52 km/h, tan solo 0,05 km/h más

La pista Riberal, en el sector Grau Roig, es la única en el sur de Europa apta para competicio­nes de este tipo

El italiano Simone Origone y el austríaco Manuel Kramer se disputan el campeonato masculino

rápido que Origone. Este, que consiguió dos segundas posiciones, sufrió una rotura de su traje de látex en la segunda carrera que, al hincharse, probableme­nte le costó algunas décimas, lo que impidió que superase al austríaco. En este deporte, en el que se alcanzan tales velocidade­s, cualquier detalle resulta vital.

Hay también una lucha in extremis por la tercera posición, por la que compiten el francés Bastien Montes, el actual campeón de la Copa del Mundo y que ocupa la tercera plaza en la general, e Ivan Origone, el actual plusmarqui­sta del mundo de esquí de velocidad con 254,958 km/h. Ya no pueden conseguir los dos primeros, pero venderán cara la piel por el tercer lugar en el podio.

Por su parte, en la categoría femenina las cosas no son tan emocionant­es, puesto que Valentina Greggio ha revalidado matemática­mente su cuarto Globo de Cristal. El dominio de la italiana es aplastante y hace tres años que nadie logra batirla. Aun así, la competició­n será una oportunida­d excelente para disfrutar de la técnica de la campeona.

DE LAS MINAS A SUIZA

El esquí de velocidad, que combina velocidad, técnica, material y destreza del esquiador, es una de las disciplina­s con más años de historia en el mundo del esquí y se practica desde hace más de cien años, cuando los trabajador­es de las minas de oro y de madera empezaron a idear encuentros y competicio­nes en las montañas Rocosas americanas. En 1930 se organizó la primera competició­n oficial en Saint Moritz, en la que Leo Gasperl (Austria) estableció el primer récord de 139 km/h. Gracias al desarrollo técnico del material de esquí, en 1978 Steve McKinney alcanzó los 200 km/h en Portillo (Chile). Dos años más tarde, el primer circuito mundial dio a conocer esta disciplina, que, tal y como aseguran los aficionado­s, “engancha” por su espectacul­aridad y por la emoción que siempre genera en el público. Los amantes de la adrenalina y del deporte tienen una cita en Grandvalir­a del 5 al 7 de abril.

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La rampa de salida de la torre se ha modificado para incorporar una nueva superficie deslizante.
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Imagen aérea de la pista Riberal, que ofrece unas vistas espectacul­ares.
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