Caldea reduce el gasto energético con la misma experiencia de calidad
AUNQUE LA SOSTENIBILIDAD FORMA PARTE DE LA IDENTIDAD DEL TERMOLÚDICO DESDE SU NACIMIENTO, CALDEA HA EMPRENDIDO CAMBIOS EN PROCESOS Y EQUIPOS PARA REDUCIR AL MÁXIMO SU IMPACTO MEDIOAMBIENTAL Y CONVERTIRSE EN UN CENTRO MODELO.
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El agua que disfrutan los usuarios de Caldea, en cualquiera de sus distintos circuitos termales y ambientes, procede de una fuente natural de la que emana a 65 o 70 grados. Lógicamente, para poderla disfrutar hay que enfriarla a unos 34 o 36 grados, que es la temperatura de la mayoría de baños del centro. Sin embargo, enfriar toda esa agua deja tras de sí un buen montón de calorías, que son, al fin y al cabo, energía que puede reaprovecharse. Y así lo hacen en el termolúdico andorrano, se valen de esa energía para muchos otros usos.
ENERGÍA QUE CAMBIA
El agua se almacena en un gran depósito de unos mil metros cúbicos, frente al edificio, que luego disfrutarán los clientes a unos cálidos 34 grados. “Esa diferencia de calor la vemos como un exceso de energía que queremos aprovechar”, explica Gerard Estrella, director técnico de Caldea. Para ello, el centro dispone de sistemas que extraen las calorías superiores a las de la temperatura que llega al cliente, y ese exceso se utiliza para calentar el agua sanitaria que se utiliza en las duchas y los lavabos (¡que en invierno puede estar a 5 grados!). También se utiliza para la climatización del edificio: tanto las zonas públicas como las oficinas se calientan con esa energía sobrante. El objetivo es reducir de forma progresiva la dependencia y el consumo de otras energías fósiles, como el gas natural o el gasoil, que, además, tienen un mayor impacto sobre el ambiente.
Este proyecto se enmarca en la filosofía del centro, que siempre ha tratado de hacer un uso responsable del agua termal, pero también sigue la pauta de unos nuevos objetivos a futuro que van orientados a avanzar en materia de sostenibilidad. Eso sí, el clima acaba mandando en ocasiones. Cuando hace demasiado frío deben compensar estos esfuerzos con el uso de gas, gasoil o energía eléctrica. “Cada vez vamos a aprovechar al máximo el consumo energético y de agua, mientras seguimos ofreciendo idéntica calidad de experiencia para el cliente”, señala el director técnico del centro.
MEJORA CONTINUA
Y es que las acciones para mejorar en cuanto a sostenibilidad siguen produciéndose en Caldea. Se han renovado equipos y sistemas para hacerlos más sostenibles en todo el recinto. Se han mejorado las centrales de tratamiento de aire y las instalaciones eléctricas para que sean más sostenibles. Por ejemplo, hace dos años se cambió el sistema de tratamiento del agua termal por uno que se basa en la luz ultravioleta. Se partía de uno que se valía de gas ozono para desinfectarla. El salto ha sido abismal. Consume un porcentaje muy bajo de electricidad y no produce desechos de ningún tipo: “Además de ser más económico, el resultado es un agua de excelente calidad, con un color precioso”, presume Gerard Estrella.
Todas estas acciones forman parte de una filosofía que culminará pronto, cuando se ponga en marcha un plan global de sostenibilidad. El objetivo es reducir al máximo el consumo de agua termal, así como el de recursos energéticos.
EQUIPO CONCIENCIADO
Se trata de una directriz que afecta a todas las instalaciones y a la plantilla. Así, se ha formado al equipo de limpieza para realizar sus tareas sin que afecte a la calidad del agua, para evitar tener que renovarla o hacer filtrados extra.
De la misma forma, el centro ha sustituido toda la iluminación y se ha sustituido por LED, que, sumado a los nuevos equipos más eficientes y a la renovación de las cocinas, gracias a un cambio reciente en la normativa, les ha llevado a reducir la potencia contratada con la empresa eléctrica. También se han sustituido los coches del equipo comercial por vehículos eléctricos.
Los logros se verán pronto en una auditoría con una empresa externa que medirá el resultado de este esfuerzo conjunto. “Todas las acciones, grandes o pequeñas, suman”, concluyen desde Caldea.
Las calorías del agua termal, que emana a 70 grados, se aprovechan para la climatización de los distintos espacios del centro Los equipos y los sistemas, como el de tratamiento del agua, se sustituyen por otros más modernos y eficientes