Más allá del fútbol
Ernesto Valverde respalda a la oenegé Proactiva Open Arms, hoy en apuros
Los periodistas deportivos que siguen la actualidad del Barça suelen hablar bien de Ernesto Valverde porque es un tipo “normal”. Puede parecer una bobada (en realidad, lo es), pero el elogio responde a la falta de costumbre. Se ha convertido el fútbol en una especie de terreno bunkerizado, habitado por individuos aparentemente inaccesibles, y eso ha repercutido negativamente en la imagen que se tiene de ellos. Ricos, caprichosos, insensibles... Los hay que se ajustan a la descripción. Los hay que no. Ayer, sin que fuera la intención, se abrió un interesante debate sobre el asunto con motivo de la presentación del libro Relatos solidarios del deporte, una iniciativa que alcanza ya los 14 años de vida y que consiste en lo siguiente: un puñado de periodistas deportivos (otro gremio del que se habla mal no siempre con razón) escribe pequeñas historias, se publican en un libro, y el precio íntegro de su venta (en El Corte Inglés, por ejemplo) se destina a una oenegé. Juntando las 13 ediciones anteriores se llevan recaudados 800.000 euros. En esta ocasión, la organización escogida ha sido Proactiva Open Arms, y el padrino y prologuista de la obra es Ernesto Valverde.
“Estamos acostumbrados a escuchar que somos ejemplo. Nos consideran héroes porque ganamos partidos y finales, pero quizás los héroes son gente como Òscar que se juega la vida no para ganar un partido sino para ayudar a otros a sobrevivir”, reflexionó Valverde, que trató de rescatar a los futbolistas de esa generalización poco esforzada que les tilda de superficiales. “Nuestras inquietudes son parecidas a las de los demás. Si un futbolista parece insensible a estas causas es porque la sociedad también lo es”.
Antes que Valverde habló Òscar Camps, director de Proactiva Open Arms, organización creada por “cuatro frikis de Badalona” (Camps dixit) que hoy en día se ha convertido en el más potente altavoz para denunciar el desamparo de las personas que emigran a Europa para buscar una vida mejor y mueren en el intento, ahogados en el Medite- rráneo. Open Arms nació con el propósito de salvarlas, pero hoy su barco está retenido en un puerto italiano con argumentos difícilmente comprensibles. Camps reivindicó su labor, y cuando lo hizo, el fútbol dejó de existir, por unos minutos: “Están en juego los derechos civiles y humanos de todos. Nosotros no salvamos a refugiados, salvamos vidas a la deriva, náufragos en el medio del mar. No se nos puede encausar porque es lo que ordena el código marítimo internacional”.
ERNESTO VALVERDE El fútbol y su burbuja
“Nos llaman héroes porque ganamos finales y quizás los héroes son quienes se juegan la vida por sobrevivir”
“Si el futbolista parece insensible a este tipo de causas es porque la sociedad lo es, no somos diferentes”
ÒSCAR CAMPS La reivindicación
“No salvamos a refugiados, sino vidas a la deriva que juegan un partido sin espectadores ni TV; os necesitamos”
“Ojalá hubiese la misma expectación con este problema que cuando a un jugador le duele la rodilla”
Camps se adaptó a las circunstancias y usó un símil deportivo demoledor: “Mueren muchas personas. Juegan una final a vida o muerte sin espectadores, sin televisión y sin árbitro. Os necesitamos a todos. Si nuestros políticos no lo hacen, lo haremos nosotros”.
Llegó entonces la cruda realidad. Los periodistas cumplieron con su cometido y preguntaron por Messi y sus molestias físicas, también por las de Piqué. Y se produjo una sensación extraña (la mezcla de la muerte con la solemnización de una fatiga muscular) que Camps ayudó a sobrellevar. Primero, respondiendo por Valverde y arrancando la carcajada de los asistentes (“Messi está bien, son unas pequeñas molestias, pero nada importante”) y después apretando lo justo: “Ojalá hubiera la misma expectación cuando un jugador se lleva la mano a la rodilla que por lo que pasa en el mar. Nos han disparado, secuestrado y ahora confiscado el barco. Necesitamos otro y cuesta 700.000 euros”.
El acto tuvo lugar en la sede de Banc Sabadell de la Diagonal. El banco y El Corte Inglés son patrocinadores del libro. Las aportaciones a Open Arms provienen en un 97 por ciento de donativos populares.