Y encima, racismo
Los gritos del mono a Dembélé abren un nuevo frente con Rusia
“Nuestros servicios no han oído nada ni han comprobado nada por el estilo, pero estamos dispuestos a estudiar el caso”. Así se ha defendido Alexéi Tolkatchiov, jefe de seguridad de la Federación Rusa, sobre las denuncias de varios medios de comunicación ante el posible trato racista –gritos del mono– a Ousmane Dembélé, el pasado martes en el Rusia-Francia (1-3, jugado en San Petersburgo). El caso añade un nuevo motivo de alarma de cara al Mundial de este verano. Rusia ya acumula problemas diplomáticos –y boicots anunciados–, sanciones e investigaciones por casos de dopaje de Estado, episodios de violencia de seguidores incontrolados, y ahora se añade el racismo.
Los hechos los ha denunciado uno de los enviados especiales de L’Équipe al partido: “Dembélé fue víctima de gritos de mono por parte de un grupito de jóvenes, especialmente en la segunda parte. Hechos confirmados por los fotógrafos situados al borde del campo”. Otras fuentes añaden que los gritos y cantos racistas se pudieron percibir con cierta claridad en la retransmisión que ofreció la televisión francesa, especialmente cuando Paul Pogba anotó el segundo de los tres goles franceses.
La ministra francesa de Deportes, Laura Flessel, ha solicitado una reacción global al asunto: “El racismo no tiene cabida en los campos de fútbol”, ha señalado. “Tenemos que actuar de común acuerdo a escala europea y mundial para acabar con estos comportamientos inadmisibles”, ha escrito la exesgrimista francesa (quíntuple medallista olímpica) en Twitter.
El Mundial de Rusia se disputará en doce estadios distintos desde el 14 de junio hasta el 15 de julio próximos. En San Petersburgo en concreto están programados siete partidos, incluidos una semifinal y la final de consolación.
También han intervenido con presteza organizaciones de lucha contra el racismo, como FARE Network, colaboradora habitual de la FIFA en estos asuntos. Su director ejecutivo, Piara Powar, ha comentado que, con los datos conocidos, “existen suficientes indicios para que la FIFA ponga en marcha una investigación”. Las siglas FARE significan fútbol contra el racismo en Europa (Football Againts Racism in Europe).
Ya en el 2015, un informe de FARE relataba más de 200 casos de racismo en el fútbol ruso, donde los jugadores negros son perseguidos con aparente impunidad. En aquel momento Vitali Mutko, que era ministro de Deporte ruso, declaró a la BBC que “problemas de racismo hay en todos lados, pero en Rusia no es tan serio”. Mutko, que había sido presidente del Zenit de San Petersburgo y de la Liga rusa, se halla apartado de por vida del movimiento olímpico por su implicación en el escándalo de dopaje ruso.
Ayer mismo, un portavoz de la FIFA, referido por L’Équipe, indicó que “se están reuniendo las posibles pruebas relativas a los incidentes de discriminación que han señalado varios medios de comunicación”.
RECLAMACIÓN OFICIAL
La ministra francesa de Deportes pide una reacción global y exige a la FIFA que intervenga