Rusia inicia la expulsión de decenas de diplomáticos occidentales
Moscú echa a 60 empleados de EE.UU. y cierra el consulado de San Petersburgo
Rusia ha contestado este jueves. Después de que esta semana una veintena de países occidentales y de Europa del Este expulsasen a más de 130 diplomáticos rusos como gesto de solidaridad con el Reino Unido por el envenenamiento en su territorio del exespía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia, Moscú ha empezado a devolver la pelota. No sin sorpresas, los primeros diplomáticos extranjeros que tendrán que abandonar territorio ruso serán los de Estados Unidos, a quien Moscú considera instigador de esta nueva oleada de medidas en su contra.
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, anunció “medidas simétricas y aún más” contra los países que han echado a sus representantes en el exterior. Según el responsable de esta cartera, la respuesta con relación a EE.UU. se basa en la expulsión del mismo número de diplomáticos. Washington decidió el pasado lunes enviar a casa a 60 diplomáticos rusos después de que la primera ministra británica, Theresa May, pidiera solidaridad a los otros países occidentales por la supuesta participación de Rusia en el caso Skripal.
En los próximos días deberán dejar Rusia 58 trabajadores de la embajada de EE.UU. en Moscú más dos diplomáticos del consulado general de Yekaterimburgo, en los Urales. Además, Rusia decidió cerrar el consulado estadounidense en San Petersburgo, reflejo de la decisión de la Administración Trump de cerrar el consulado ruso en Seattle. Los representantes estadounidenses deberán abandonar el edificio de San Petersburgo “a más tardar el 31 de marzo”, dijo la cancillería rusa. Para comunicarle personalmente todas estas medidas, el Ministerio llamó ayer a su sede al embajador estadounidense en Moscú, Jon Huntsman.
“En lo que se refiere al resto de países, también habrá una respuesta simétrica en cuanto al número de personas de misiones diplomáticas que deberán abandonar Rusia”, dijo Lavrov en una rueda de prensa conjunta con Staffan de Mistura, enviado especial de la ONU para la crisis de Siria, que estaba de visita en Moscú.
Como represalia por el envenenamiento de los Skripal, lo que se considera el primer ataque con gas nervioso en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, el Reino Unido expulsó a 23 diplomáticos rusos el 14 de marzo y pidió solidaridad a sus aliados. En apoyo de Londres, además de EE.UU., desde el pasado lunes un total de 28 países y estructuras internacionales como la OTAN anunciaron la expulsión de más de 130 diplomáticos rusos. España participa en esta ofensiva echando a dos.
Rusia, que rechaza las acusaciones de Londres, respondió expulsando el 18 de marzo a 23 empleados de la embajada británica, cerrando el consulado británico en San Petersburgo y la oficina del British Council en Moscú.
En su comparecencia ante los medios, Lavrov exigió a las autoridades británicas que permitan ofrecer asistencia diplomática a Yulia Skripal, que es ciudadana rusa. Su padre, un excoronel de la inteligencia militar rusa (GRU) e informante para el MI6 británico, fue detenido en el 2004 y encarcelado, pero vive en el Reino Unido desde el 2010, cuando formó parte de un intercambio por una célula dormida de espías rusos descubierta ese año en Estados Unidos. Yulia, que vive en Moscú, estaba visitando a su padre. Lavrov dijo haber recibido “con satisfacción noticias al fin de las autoridades británicas sobre la salud, al menos, de Yulia Skripal”. Según Londres, Yulia Skripal ha mejorado y ha salido del estado crítico en que se encontraba.
Moscú exige a Londres que facilite la asistencia consular para Yulia Skripal, de nacionalidad rusa