El rojo y el blanco
La suplencia del malagueño en su club contrasta con su papel en la selección
Cinco años después de su llegada al Real Madrid, el centrocampista malagueño Isco nunca ha encontrado la regularidad que desea, lo que contrasta con su buena marcha en la selección, donde es un fijo de Julen Lopetegui y, como evidencia su triplete ante Argentina, brilla intensamente.
Cinco años después de su llegada al Real Madrid, Isco se ha convertido en un jugador dual. En su club nunca ha encontrado la regularidad que desea, aunque en la segunda temporada con Ancelotti fue uno de los fijos en la titularidad. La desafección entre el centrocampista y la camiseta blanca fue tal que el pasado año los rumores de su salida fueron constantes, hasta que un buen final de temporada, coincidiendo con la enésima baja por lesión de Bale, acabaron con su renovación hasta el 2022. Pero unos meses más tarde, la situación vuelve a ser muy semejante a la de antes y el malagueño es un habitual en el banquillo. El escenario contrasta con las alegrías que recibe en la selección española, culminadas con los tres goles –su primer hat trick– que marcó ante Argentina el pasado martes después de un excelente partido de todo el bloque de Lopetegui y, por su puesto, de Isco en particular después de unir su faceta creativa con la goleadora.
Algunos especialistas ya dudaron de que el futbolista de Benalmádena acertara al aceptar la oferta madridista en el verano del 2013 al entender que las características de su juego se hubieran adaptado más al estilo del Barcelona que al del Real Madrid, mucho más vertical. En este sentido, es evidente que a Zidane le interesan jugadores de otras características en el centro del campo para explotar las virtudes de su equipo con Cristiano, Benzema y Bale –el alto coste de su fichaje ha sido otro de los motivos que han llevado a menudo a Isco a la suplencia por la necesidad de que el galés juegue– en la delantera. Con el balón en transición muy rápida desde la defensa hasta el ataque, el Madrid encuentra más estabilidad con Casimiro, Kroos y Modric, lo que deja a Isco en un plano secundario.
El andaluz, además, es muy hábil en el juego en corto y a pesar de su excelente técnica, a menudo le falta regularidad para afrontar al nivel necesario torneos largos como puede ser la Liga. En cambio, en partidos concretos, como son los de la selección, es capaz de todo, como bien comprobaron los argentinos en el duelo del Metropolitano. “Cuando no tienes protagonismo ni continuidad en tu club, la selección te da la vida”, explicó tras la goleada del martes.
De regreso a la actividad de los equipos, el Real Madrid visita el sábado al Las Palmas, que tiene la salvación a seis puntos. El partido, en el que Isco es duda por molestias en la espalda, llega antes de la ida de los cuartos de final de la Champions contra el Juventus, en Turín. Siguiendo los pasos de Isco, Achraf ha manifestado que “en Marruecos me siento más importante que en el Madrid”.