Israel causa una matanza en Gaza.
Decenas de miles de gazatíes participan en “la gran marcha del retorno”
“La marcha del retorno” convocada ayer por Hamas junto a la frontera de Gaza acabó con 16 palestinos muertos y unos dos mil heridos. A la protesta para reclamar sus casas en Israel fueron familias enteras.
Al menos 16 palestinos perdieron la vida y unos dos mil resultaron heridos ayer en Gaza, en la peor protesta desde la guerra del 2014. Israel había advertido de que abriría fuego si los gazatíes se acercaban a menos de 700 metros de la valla que marca la frontera y así fue. Hamas había convocado una protesta masiva, a la que llamó “la gran marcha del retorno”. Cerca de la frontera, en cinco puntos diferentes, había instalado tiendas de campaña, levantado campos de futbol e invitado a las bandas de música. La población tenía la consigna de acudir con sus familias. La concentración iba a ser pacífica, una reunión política y festiva para reclamar el derecho de los refugiados palestinos a regresar a sus hogares en Israel, de los que fueron expulsados en 1948 al constituirse el Estado judío.
Las cosas, sin embargo, empezaron a torcerse a media mañana, después del rezo del viernes, el más importante de la semana. Muchos jóvenes desoyeron las advertencias de la organización y penetraron en la zona de seguridad de 700 metros, un espacio junto a la valla con Israel que las fuerzas de seguridad israelíes quieren siempre libre de personas o campos de cultivo. Allí se encararon con los soldados judíos, arrojaron piedras y cócteles molotov e incendiaron neumáticos.
El ejército israelí, como había advertido repetidamente a lo largo de la semana, abrió fuego desde unos taludes de tierra situados en la zona israelí de la frontera, donde había colocado a un centenar de francotiradores. Estos soldados tenían órdenes de apuntar a los cabecillas de la protesta. Sin embargo, al menos 400 personas fueron heridas de bala, según fuentes sanitarias palestinas. Otros cientos fueron intoxicados con gases lacrimógenos lanzados desde un dron.
Los ataques con drones son una nueva estrategia militar israelí. El aparato puede cargar una decena de granadas lacrimógenas que lanza sobre los manifestantes desde 10 a 20 metros de altura.
Ayer era el día de la Tierra, una jornada de por sí ya muy complicada. Los palestinos conmemoran el asesinato en 1976 de seis árabes israelíes a manos de las fuerzas de seguridad israelíes durante una protesta contra la confiscación de sus tierras. Los judíos, por su parte, celebraban ayer el inicio de la Pascua, y los cristianos, el Viernes Santo.
Hamas había escogido la fecha para causar un gran impacto. Su intención es mantener la protesta durante seis semanas, hasta el 15 de mayo, 70.º aniversario del nacimiento de Israel, así como de la nakba, la tragedia que supuso la huida y expulsión de 700.000 palestinos, forzados a dejar sus tierras para hacer sitio al nuevo Estado judío. Israel nunca aceptará el retorno de los descendientes de estos expulsados porque ello supondría la pérdida de la identidad judía del Estado.
El movimiento islamista Hamas aboga por la destrucción de Israel. “La gran marcha por el retorno” cuenta con el apoyo del presidente
Israel había advertido que dispararía si los gazatíes se acercaban a 700 metros de la valla, como así fue
palestino Mahmud Abbas. Además de en Gaza, también hubo incidentes en Hebrón y Nablús que causaron al menos 65 heridos.
Hamas mantiene la protesta en los cinco campamentos que ha levantado a lo largo de los 65 kilómetros de frontera entre Israel y la franja. Están en Rafah, Jan Yunis, El Bureij, la propia ciudad de Gaza y Yabalia. Muchas tiendas llevan el nombre de los pueblos que los palestinos perdieron en lo que hoy es territorio israelí.
Israel intentó colonizar la franja, como sigue haciendo con Cisjordania, pero acabó por abandonar el proyecto y en el 2005 su ejército se retiró. Desde entonces, la franja ha estado bajo control de Hamas, que ha librado tres guerras contra Israel, enfrentamientos que han causado unos 5.000 muertos, la gran mayoría civiles palestinos.
Israel mantiene un férreo bloqueo del territorio, con 1,8 millones de habitantes. Ayer, en previsión de las protestas, el ejército cerró los puestos fronterizos y colocó toda la franja bajo la categoría de “zona de guerra”.
Los portavoces militares israelíes lamentaron que Hamas hubiera recurrido a las mujeres y los niños para organizar una protesta que podía escapársele de las manos.