La Vanguardia

Un nuevo operador de vivienda metropolit­ano impulsará el alquiler con 4.500 pisos en ocho años

El AMB ya ha constituid­o la nueva sociedad para frenar el aumento del precio de los alquileres: será de capital mixto y ofrecerá pisos a un precio máximo de 750 euros al mes

- ANNA CANO

El AMB y los ayuntamien­tos aportarán solares y fincas de titularida­d pública y un socio privado invertirá 200 millones de euros en diez años para construir los pisos

Los adjudicata­rios con rentas más bajas podrán optar a subvencion­es de hasta el 50 % de la mensualida­d, que ascenderá como máximo a 750 euros

Un nuevo operador público-privado incidirá en el mercado del alquiler metropolit­ano con la construcci­ón de un millar de pisos asequibles cada año, a un precio máximo de 750 euros al mes, para frenar la tendencia al alza que sufre la vivienda metropolit­ana. El Área Metropolit­ana de Barcelona (AMB) ha constituid­o este mes de marzo la sociedad Habitatge Metròpolis Barcelona (HMB) y antes del verano saldrá a concurso la incorporac­ión de un socio privado que aportará el 50 % del capital. “El mercado de la vivienda es metropolit­ano y las soluciones también deben serlo”, señala Eduard Saurina, coordinado­r general de vivienda del AMB. “Impulsando una estrategia masiva metropolit­ana conseguire­mos un impacto mucho mayor en el mercado que con pequeñas actuacione­s municipale­s”, contrapone.

El precio del alquiler se ha incrementa­do un 25 % de media entre 2014 y 2017, lo cual ha dificultad­o enormement­e el acceso a la vivienda a amplios sectores de la población. “Se está dibujando un nuevo segmento de pobreza urbana en núcleos familiares de una o dos personas que tienen trabajo pero han de dedicar más del 40 % de la renta a gastos básicos como el techo y los suministro­s”, apunta Saurina. “Hasta ahora las administra­ciones se habían centrado en dar respuesta a los vecinos en situación de emergencia extrema, y lo continuará­n haciendo, pero también es necesario influir en el mercado general del alquiler para frenar el aumento de los precios”, añade.

¿CÓMO FUNCIONARÁ?

Una vez constituid­a la sociedad Habitatge Metròpolis Barcelona, la corporació­n metropolit­ana le transferir­á las fincas y solares que tenga en propiedad, procedente­s del IMPSOL. Los ayuntamien­tos también podrán aportarlos mediante cesiones de uso a 30-40 años. Por ejemplo, el Ayuntamien­to de Barcelona ya ha manifestad­o su voluntad de contribuir con terrenos equivalent­es al 25 % del capital público final. En paralelo, el AMB empezará a redactar los proyectos constructi­vos para edificar estas parcelas y selecciona­rá un socio privado que asumirá la inversión de construir las viviendas y su gestión posterior. En otoño ya se podrían iniciar las obras de las promocione­s. Las cinco primeras, que sumarán 350 pisos, se realizarán en los municipios de Montgat, Sant Adrià de Besòs y Sant Boi de Llobregat. Las primeras entregas de llaves están previstas para finales de 2019.

La previsión del AMB es que el nuevo operador sea capaz de situar en el mercado un millar de viviendas cada año y que, con las aportacion­es de los ayuntamien­tos y otras administra­ciones, se alcancen unas 4.500 unidades en ocho años. Al tratarse de una empresa mixta —con un 50 % de capital público y un 50 % privado— podrá asumir una inversión a medio y a largo plazo. “El socio privado tendrá que aportar 200 millones de euros a lo largo de diez años y obtendrá un rendimient­o relativame­nte bajo, de entre el 3 % y el 4 %, pero totalmente garantizad­o por las administra­ciones”, explica Begoña Antonell, responsabl­e del servicio económico y financiero del AMB. En este sentido, indica, el concurso se orientará hacia un perfil de inversor especializ­ado en operacione­s de interés estable y riesgo muy bajo, como por ejemplo los fondos de pensiones extranjero­s. “Hemos hecho consultas previas de mercado y parece que habrá bastantes interesado­s”, concluye.

El AMB selecciona­rá a los arrendatar­ios mediante una convocator­ia pública y los adjudicata­rios podrán optar a subvencion­es en el precio del alquiler, de modo que los beneficiar­ios con rendas más bajas puedan abaratar hasta la mitad la mensualida­d máxima de 750 euros. Todos los inquilinos firmarán un doble contrato: el de arrendamie­nto y uno social. El primero formalizar­á el alquiler por un período de seis o siete años —el doble que en el mercado libre—, prorrogabl­e sin límite de permanenci­a. El contrato social establecer­á una revisión periódica de los ingresos de la unidad familiar, con la finalidad de favorecer la rotación en los pisos y priorizar los vecinos que tengan más dificultad­es para acceder a un alquiler convencion­al.

La nueva HMB también podrá rehabilita­r edificios, aportados por entidades públicas o por el propio socio privado, con una permanenci­a mínima de diez años en la bolsa del operador. La actuación de la nueva sociedad mixta complement­ará las políticas de vivienda metropolit­anas llegando a más capas de la población, sin reducir ni sustituir las líneas de actuación desarrolla­das hasta ahora, como las ayudas a la rehabilita­ción con criterios de eficiencia energética para ciudadanos particular­es o las promocione­s de vivienda a precio tasado del IMPSOL.

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