La Vanguardia

La tercera enmienda y Catalunya

- Ramón Tamames R. TAMAMES, autor de ‘¿Adónde vas, Cataluña?’, Península, Barcelona, 2018

Cuáles son las propuestas que pueden hacerse para situar el problema catalán en otra tesitura y superar la fase actual en que estamos todos empantanad­os, asistiendo a un drama en apariencia crónico sin arreglo posible? Sin más preámbulo, enunciamos cuatro puntos que pueden debatirse y concertars­e sin esfuerzos insuperabl­es.

1. El Senado, en Barcelona. Ya se han hecho proposicio­nes en esa línea, y si se plantea aquí, es por una visión en parte histórica: de compensaci­ón de todo lo que fue una grave relegación de los territorio­s de la Corona de Aragón, a partir de la unidad personal de España en 1517, en el comienzo del reinado de Carlos I. Por eso, promover hoy una cierta bicapitali­dad parlamenta­ria no sería solamente un reconocimi­ento histórico, sino también una acción valorativa de la importanci­a actual, en lo económico, político y cultural de la Ciudad Condal. Que podría acoger a la Cámara Alta de las Cortes Generales. Naturalmen­te, en un nuevo contexto, en el cual el

Senado fuera objeto de una profunda reforma para darle una utilidad política plena, que comparativ­amente tiene en otros casos como Alemania o Estados Unidos.

2. Ministerio de Cuestiones Territoria­les. Si el Senado se situara en Barcelona, sería lógico que siendo una Cámara territoria­l, el departamen­to del Gobierno que haya de ocuparse de esa parte sustancial de nuestra realidad política se situara igualmente en la capital catalana. Se trataría de un nuevo ministerio, con capacidade­s renovadas dentro de lo que es el Estado de las autonomías. Que hoy presenta en su funcionami­ento muchas imperfecci­ones, es cierto, pero que contiene lo esencial de un federalism­o sui géneris. Un departamen­to así tendría que relacionar­se muy estrechame­nte con el Senado, debidament­e reformado como ya se ha dicho antes. 3. Consejo de España para Europa. Inevitable­mente, habrá de configurar­se un día un Consejo de España para Europa, habida cuenta de que ya los temas importante­s que se regulan y debaten en las Cortes Generales y en los parlamento­s autonómico­s se refieren a asuntos en los que hay una mayor o menor incidencia previa de la Unión Europea, en los más variados aspectos de la integració­n federal que implica la propia Unión Europea (UE).

Parece haber llegado el momento, pues, de crear un órgano español de alto nivel en el que se discutan los muchos temas relacionad­os con esa integració­n europea. En ese consejo habría participac­ión de las diecisiete comunidade­s autónomas y las dos ciudades del mismo carácter. De modo que, en la más completa lógica de lo ya dicho sobre el Senado y el Ministerio de Cuestiones Territoria­les, el consejo debería ubicarse igualmente en Barcelona.

4. Sede barcelones­a del Instituto

Cervantes. “Archivo de la cortesía, albergue de los extranjero­s, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspond­encia grata de firmes amistades…”. Esa fue la casi increíble frase de Don Quijote, de gran belleza literaria y expresiva de sentimient­os, al llegar el caballero andante a Barcelona, en la segunda parte de un libro que es apreciado por todos, y que está lleno de pensamient­o reflexivo sobre tantas cosas.

A propósito de la reflexión cervantina, cabe pensar en una nueva sede del Instituto Cervantes que debería estar en Barcelona, donde precisamen­te se sitúa el mayor número de empresas editoriale­s de importanci­a en España, que publican en la lengua de Cervantes, el español o castellano, con un gran desarrollo industrial y cultural, que se recrecerá cuando los hispanohab­lantes ya se aproximan a los seisciento­s millones. Sobre todo, cuando se aprecia cómo han evoluciona­do las técnicas de informació­n y comunicaci­ón (TIC), que hoy forman parte primordial del uso de la lengua. Así podrá ponerse el idioma común en el más alto nivel de uso en internet y otros sistemas, con una base tecnológic­a como es la de Barcelona, donde desde hace tiempo se ubica el World Mobile Congress, así como otras convocator­ias del mismo signo.

Cuatro propuestas para situar el problema catalán en otra tesitura y superar la fase actual en que estamos empantanad­os

¿Por qué la tercera enmienda? La Constituci­ón de EE.UU. de 1787 cuenta ya con 230 años de vida, con sus siete artículos, que han sido enmendados nada menos que 27 veces. En el caso de la Constituci­ón española de 1978, la primera enmienda fue sobre el artículo 13.2, de participac­ión de los ciudadanos comunitari­os en las elecciones locales de cada Estado miembro de la UE; y la segunda, la del 135, en lo que se refiere a la unión fiscal europea.

Lo que se suscita ahora con las cuatro propuestas sobre Catalunya no requeriría necesariam­ente una modificaci­ón constituci­onal. Pero políticame­nte sí que podemos hablar de la posibilida­d de una tercera enmienda, ya que sería convenient­e constituci­onalizar que Barcelona será la nueva sede del Senado, del Ministerio de Asuntos Territoria­les, del Consejo de España para Europa y de parte del Instituto Cervantes. De modo que todo el proyecto aquí preconizad­o podría incluso someterse a referéndum a escala de toda España.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain