Sevilla supera la prueba de la Madrugá sin incidentes
Una Madrugá de transición, sin incidentes importantes, pero muy alejada del esplendor de otras ocasiones. La noche grande de la Semana Santa sevillana fue calificada de “fría y extraña” y dejó una sensación ambivalente entre las hermandades. Se superó la prueba del orden público, pero no se consiguió que la celebración volviera a sus parámetros tradicionales.
Se esperaba con tensión esta Madrugá, tanto entre las autoridades como en la calle. Los funestos acontecimientos del año pasado, con más de un centenar de lesionados por carreras, bullas, bulos y momentos de pánico, habían colocado el listón muy alto. La primera consecuencia es que la afluencia de público fue mucho menor que en otras ocasiones.
Un descenso al que también contribuyó el repentino e intenso frío que se abrió paso por la noche, así como la amenaza de lluvia, que finalmente hizo acto de presencia en forma de ligera llovizna ya entrada la mañana. Unas gotas que aceleraron o modificaron el camino de regreso a sus iglesias de algunas cofradías.
En contraposición a la falta de incidentes serios, apenas un amago de estampida cuando la Esperanza de Triana terminaba de cruzar el puente de Isabel II, numerosos asistentes subían a las redes sociales fotos muy poco habituales, como el paso de la Cruz de Guía de la Esperanza de Triana por un centro de Sevilla prácticamente desierto, situación que se repetía en otros tramos de las estaciones de penitencia, o las sillas vacías de abonados al paso de las imágenes por la plaza del Duque o La Campana, inicio de las carreras oficiales.