Un juez de California ordena que el café lleve aviso de efecto cancerígeno
Una pequeña organización sin ánimo de lucro (Council for Education and Research on Toxics) con base en California pone en jaque a la gran industria del café.
Tras ocho años de lucha legal, el negocio del café se enfrenta a sufrir un estigma similar al del tabaco con la inclusión de avisos sobre el peligro de su consumo.
Un juez de Los Ángeles, Elihu Berle, falló esta semana que Starbucks y alrededor de 90 expendedores de café más deberán incluir advertencias de que su producto puede contener un ingrediente vinculado con el cáncer. Las compañías, que tienen hasta el 10 de abril para presentar recurso, se exponen a multas de millones de dólares.
La culpa se ha de atribuir a la acrilamida, un químico orgánico que se produce en el proceso de tostar el grano y que es una sustancia potencialmente tóxica.
La citada organización pretende que la industria del café elimine la acrilamida, como ya hicieron los fabricantes de patatas fritas cuando les demandaron hace un tiempo, o bien que señale públicamente que contiene esa sustancia. Liderado por Starbucks, el sector de las empresas cafeteras replicó que el nivel de este químico en sus productos no es dañino y el riesgo está más que superado por sus beneficios.
Elihu Berle, magistrado del tribunal superior de Los Ángeles, afirmó en su fallo que las compañías no pueden estar exentas del cumplimiento de la ley. Según su argumento, la industria ha sido incapaz de probar de que los consumidores no se exponen a un producto cancerígeno.
“Mientras que los demandantes ofrecieron evidencias de que este consumo incrementa el riesgo de dañar al feto, a los niños, a los jóvenes y a los adultos, los expertos médicos y epidemiológicos presentados por los demandados testificaron que no tienen opinión sobre la causalidad”, escribió el juez Berle. “Los demandados no han sabido satisfacer la carga de la prueba de que el café confiere beneficios a la salud”, remarcó en su decisión.
Este caso se planteó contra los expendedores de café gracias a una ley que los votantes de California pasaron en 1986. La Proposición 65 –bajo el título de beber agua de manera segura– requiere que se etiqueten avisos sobre unos 900 químicos por causar cáncer o malformaciones al nacer. “Esta demanda se burla de la Prop 65, confunde al consumidor y no hace nada por mejorar la salud pública”, replicó en un comunicado William Murray, presidente y director ejecutivo de la National Coffee Association.
En una nota, esta asociación insistió en que “las etiquetas en el café sobre cáncer serían engañosas”. Recordó además que “la guía de la dieta alimentaria establecida por el Gobierno de Estados Unidos sostiene que el café puede ser parte de un estilo de vida sano”.
Entre los científicos, y durante años, ha habido informes para todos los gustos, desde los que dictaminaron que el café pone en riesgo la salud hasta los que, como sostiene esa asociación, encuentran en él beneficios para la salud.
En el 2016, la agencia del cáncer de la Organización Mundial de la Salud sacó el café de su lista de posibles efectos cancerígenos. Las compañías cafeteras argumentan que es imposible evitar la acrilamida sin arruinar el sabor.
La demanda va contra Starbucks y otros 90 expendedores, que replican que la bebida tiene efectos saludables