La Vanguardia

Cambios estructura­les

- Josep Oliver Alonso

Ala chita callando, el cambio técnico nos está transforma­ndo, aunque los efectos de esta cuarta revolución industrial son, hoy por hoy, poco visibles. Pero ello no significa que no estén ya modificand­o el paisaje del mercado de trabajo. Uno de los ámbitos en los que esa evolución es más evidente es en el de las compras online, en particular en los países anglosajon­es. Por ejemplo, la conocida empresa de distribuci­ón de juguetes norteameri­cana Toys’R’us ha decidido cerrar totalmente sus operacione­s, destruyend­o de golpe más de 30.000 puestos de trabajo. Un proceso que se suma a la crisis que vienen arrastrand­o los centros comerciale­s en los EE.UU. y Gran Bretaña (los llamados malls), los que más directamen­te han sufrido el impacto de los cambios en los hábitos de compra generados por Internet.

Aunque en España los ejemplos no son tan nítidos, algunas cifras sí reflejan que algo substancia­l se está moviendo en torno al importante sector comercial. Situemos los términos de la cuestión. Primero, el empleo en esta rama se ha movido, en media de los últimos treinta años, en el entorno del 15,5% del total. Se trata, por tanto, de un sector extraordin­ariamente importante para nuestro mercado de trabajo. Segundo, su vinculació­n con necesidade­s básicas de los hogares explica que sus retrocesos en las crisis hayan sido menores que para el conjunto de la economía. En las de

En esta recuperaci­ón el comercio ha perdido su tradiciona­l capacidad de arrastre del empleo

1992-95 y 2008-13, su peso en la ocupación aumentó, un reflejo de esa mayor resistenci­a, de forma que en el 2013 aportaba un 16,6% de todos los puestos de trabajo.

Tercero, y este es el aspecto más substantiv­o, en 2013-17 su crecimient­o ha sido inferior al 6%, lejos del 11% agregado: de los 1,9 millones de nuevos empleos generados en España en la recuperaci­ón, el comercio apenas ha aportado un 9% (unos 170.000). El negativo de ese menor aumento son los avances, mucho más elevados, del terciario vinculado al e-commerce: los transporte­s y los servicios a las empresas han crecido, entre el 2013 y el 2017, en el entorno del 14%, más del doble que el empleo del comercio tradiciona­l.

¿Cambio estructura­l? Todo apunta que, en efecto, estamos en una nueva fase, aunque probableme­nte no todo sea provocado por la irrupción de Internet. Tras esa dinámica, subyacen otros aspectos relevantes: desigualda­d e incertidum­bre creciente y hundimient­o demográfic­o y cambios en los hábitos de consumo de las generacion­es de jóvenes consumidor­es.

En resumen, en esta recuperaci­ón el comercio ha perdido su tradiciona­l capacidad de arrastre del empleo. ¿Una nueva era de la ocupación terciaria? Aunque el empuje de la hostelería esté mitigando los cambios operados en el comercio, algo hay de eso. Y aunque cualquier tiempo pasado no fue siempre mejor, tampoco es evidente que el que se está alumbrando vaya a serlo. Por ello, atentos a las transforma­ciones del trabajo en el ámbito comercial: si se consolidan las tendencias actuales, estamos en presencia de una verdadera revolución en el mercado de trabajo.

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