Fiasco blaugrana
El Barça se queda fuera de Europa después de ir ganando de 6
El FC Barcelona Lassa, a pesar de derrotar al Montpellier por 30-28, no logró ayer pasar a cuartos de final de la Liga de Campeones.
Por tercera vez en las 9 ediciones con formato final four de la Champions, el Barça se queda sin ir a Colonia (2018, 2016, 2012). Sin estar entre los cuatro mejores equipos del continente. La recurrente magia del Palau Blaugrana, el orgullo y entrega de los jugadores, los momentos de rauxa o las 13 paradas de Gonzalo Pérez de Vargas fueron insuficientes para remontar los 3 goles de desventaja que traía el Barça de Montpellier (28-25) y poder continuar el camino hacia cuartos. Las desconexiones, tanto en el René Bugnol como ayer en el Palau, fueron fatales para los de Xavi Pascual.
Habitual de Colonia, no caía el Barça en Europa con tanta prontitud desde hacía 9 cursos, el 200809, con Manolo Cadenas, cuando se despidió en la primera fase.
En esta ocasión, el conjunto blaugrana pagó el precio de una irregularidad, de unos altibajos que le han acompañado durante toda la competición, en la que llegó a acumular en la fase de grupos cinco partidos sin ganar (3 derrotas, 2 empates) y en la que tuvo muchas dificultades para sacar adelante las victorias en el Palau (de 1 gol en los tres últimos, ante el Vardar, Wisla Plock y el Pick Szeged). El cruce contra el Montpellier, líder de la Liga francesa, no dejó de ser un espejo de este curso. Allí y aquí.
“Si algo tengo que reprochar (a los jugadores) es la desconexión que tuvimos allí; hoy se lo han dejado todo en la pista”, admitía Xavi Pascual. La desconexión sufrida en Montpellier se tradujo en 12 minutos fatídicos de fundido a negro del Barça, en los que encajó un parcial de 6-0 y desaprovechó una renta de +4 (9-13) para acabar perdiendo de tres. Pero es que ayer volvió a desconectarse inexplicablemente cuando mejor tenía encarrilada la remontada, cuando el Montpellier parecía rendirse a la magia del Palau.
Cuando el templo blaugrana entraba en éxtasis al alcanzar los 6 goles de renta con el 26-20 de Syprzak (a los 48m34s), cuando los de Pascual por primera vez emulaban a aquella máquina de balonmano que fueron no hace tanto, cuando dejaban atrás las dudas y encaraban los 11 minutos restantes con optimismo, el Barça, una vez más, se descompuso, se fundió, se desangró.
Falló seis ataques seguidos (dos balones al palo, de N’Guessan y Pálmarsson, una falta de Entrerríos, otro tiro de Aron, pérdida de balón y parada de Portner a Mem), se quedó en blanco 7 minutos y en ese intervalo de desconcierto encajó un parcial demoledor de 0-5. El Montpellier, inesperadamente, resucitaba con el 26-25 para afrontar los últimos cinco minutos revitalizado. De hecho, el Barça le había dado vida en lugar de rematarlo...
“No estuvimos acertados en las acciones que nos podían haber dado el pase”, admitía Entrerríos. “Estuvimos cuatro minutos seguidos en inferioridad, eso es complicado y desgasta, y estos partidos se definen por detalles”, intentaba justificar Raúl. Pascual iba un poco más allá en la explicación: “Además del desgaste de la inferioridad, fallamos dos tiros fáciles desde 6 metros y desde fuera, con la mala suerte de que nos marcaron en el contragolpe; en inferioridad sufrimos y no estuvimos nada finos en el lanzamiento”.
Los últimos cinco minutos fueron una tortura. De haber disfrutado de la remontada durante 10 minutos de locura, de alianza mágica con el Palau, desde el 21-18 de Mem –gracias a una defensa brutal, las paradas de Gonzalo y un genial Aleix Gómez– hasta el maldito 26-20, el Palau pasó a comprobar con impotencia cómo el equipo moría en el intento, impotente. Quiso aferrarse al milagro con el 29-27 a falta de tres minutos y posterior falta en ataque de Guigou, pero N’Guessan erró el ataque del posible +3 a 1m30s del final. Demasiados errores, demasiada irregularidad, demasiadas desconexiones para merecer seguir en la Champions. Tocará reflexionar.
OTRO APAGÓN INEXPLICABLE Después de alcanzar una máxima de +6 (26-20), el Barça falló seis ataques y encajó un 0-5 decisivo
APORTACIONES INSUFICIENTES Ni el empuje de los 5.000 seguidores del Palau ni las 13 paradas de Pérez de Vargas fueron suficientes