Más lejos de la solución
Como era de prever, de nuevo se impone la ley del más fuerte. Lo anunció hace meses en rueda de prensa el portavoz del PP, Pablo Casado, recordando a Companys y los hechos de 1934.
Pero para mí lo más triste de aquella rueda de prensa fue constatar que no había ninguna intención de trabajar por buscar alguna solución. Se dijo explícitamente que el partido en el gobierno no da valor a las opciones democráticas. Con su boicot al Estatut del 2006, el PP –afirmó su portavoz– había salvado al país “del secuestro de las dos cámaras nacionales por parte de un Parlamento autonómico”. Al oírlo perdí el último gramo de esperanza que me pudiera quedar.
Si el portavoz del partido en el Gobierno consideraba que el laborioso esfuerzo de los representantes electos de todos los españoles (¡todos!), implicándose a fondo en un proceso de diálogo, renuncias, concesiones y acuerdos, a nivel catalán primero, a nivel estatal después, si consideraba que eso fue un “secuestro”, ¿cómo sería en su opinión un proceso democrático válido? Es, simplemente, una posibilidad que no contemplan.
Y aquí estamos, repitiendo una y otra vez los mismos errores, alejándonos más y más de cualquier horizonte de concordia, un paso más allá de la “desafección” vaticinada por el president Montilla. Me temo que lo que ahora nos separa empieza a ser un abismo. TERESA GUARDANS Barcelona