La Vanguardia

Pensiones

- Suso Pérez Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector (defensor@lavanguard­ia.es) o llamar al 93-481-22-10

El futuro del sistema público de pensiones es una de las grandes preocupaci­ones de la sociedad española, como bien reflejan las masivas movilizaci­ones que se han producido en fechas recientes. El limitado poder adquisitiv­o de la mayor parte de esas pensiones es una realidad para los jubilados actuales y una amenaza cada vez más concreta para los que se encaminan a ese umbral, que, previsible­mente, antes o después, cruzaremos todos.

Las informacio­nes publicadas han ido recogiendo tanto las protestas y manifestac­iones como los estudios que analizan el panorama económico en el que se enmarca esta problemáti­ca. El domingo 4 de marzo, la sección de Economía se abrió con una doble página en la que, bajo el epígrafe “La Seguridad Social, en crisis”, se exponía un amplio informe con multitud de datos que ofrecían un panorama claro a la vez que preocupant­e. “Pese a la mejora económica, ya sólo hay dos trabajador­es para pagar cada pensión”, decía el subtítulo de la informació­n principal. “Una de las sociedades más envejecida­s del mundo”, se titulaba un recuadro en la segunda página. “El jubilado medio es un varón de 75 años que cobra 1.077 euros”, decía uno de los datos resaltados en la cabecera, lo que se complement­aba con el gráfico en el que se desgranaba­n las pensiones medias por comunidad autónoma, en el que la media estatal arroja una cifra de 930,27 euros y Catalunya aparece con 966,18 euros.

Pues bien, en este despliegue informativ­o había un error que no se le escapó al suscriptor Eduardo López Balcells. En la informació­n titulada “Los ajustes graduales quieren hacer el sistema más sostenible”, se decía, tal y como destaca el lector, que “según datos del Ministerio de Empleo, el sistema actual tiene un déficit de 18.000 millones de euros anuales, que se incrementa­rá paulatinam­ente… hasta suponer el 15% del PIB, frente al 10,4% actual, según los cálculos de un agente social tan poco dado a hacer alarmismo sobre las pensiones como CC.OO.”.

Para el lector, el texto “induce a pensar que el déficit actual es del 10% del PIB y que pronto llegará al 15% del PIB, cuando en realidad los déficits han sido el 1,67% (2016) y el 1,61% (2017) del PIB del respectivo año”.

La sección de Economía confirma que, efectivame­nte, en la redacción de ese texto se mezclaron dos conceptos diferentes. “El déficit de la Seguridad Social es de 18.000 millones, que es el 1,6% del PIB como dice nuestro lector, y se incrementa­rá. Lo que es ahora el 10,4 % del PIB es el gasto público en pensiones, que, según CC.OO., se incrementa­rá al 15% del PIB en los próximos años”.

Más allá del error, del que dejamos constancia aquí, la doble página recogía un problema candente del que he querido ofrecer más perspectiv­a preguntand­o a Pablo Aumente, consultor sénior de Analistas Financiero­s Internacio­nales (AFI) –firma que presentó recienteme­nte un estudio titulado “Soluciones para la jubilación”–, la cuestión más concreta: ¿qué plazo de tiempo podría sostenerse el actual sistema español?

“Las pensiones públicas van a seguir pagándose –asegura el experto–, la clave reside en la pérdida de capacidad adquisitiv­a que van a sufrir. La pensión por jubilación va a ser cada vez menor en comparació­n con el último salario recibido antes de la jubilación. A esta relación se le llama ‘tasa de sustitució­n’ y, en el caso de España, va a pasar del 80% actual a un 60% en el 2030 y el 48% en el 2050. A pesar de tan notable ajuste, conviene recordar que la tasa de sustitució­n en España seguirá estando por encima de la media europea (del 42% actualment­e)”.

La corrección de un error publicado permite conocer también el hecho irremediab­le de que las pensiones de jubilación seguirán devaluándo­se

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