Convivencia y diálogo
La Iglesia catalana opina sobre los últimos acontecimientos y reclama diálogo
Catalunya vive desde hace meses en un estado de efervescencia y de profunda división política que se ha traducido en momentos de enorme tensión. El referéndum del 1 de octubre y la actuación policial para impedirlo, la declaración virtual de independencia y la reacción del Estado con la aplicación del 155 y la posterior acción judicial y las últimas detenciones han aumentado la temperatura social y política. La sociedad se ha polarizado todavía más y han surgido unos primeros brotes violentos que aumentan la preocupación. En estas circunstancias, la Iglesia catalana ha actuado con prudencia pero sin dejar de exigir diálogo y respeto a la convivencia, incluso con actuaciones puntuales lejos de los focos, desde discretos intentos por forzar una negociación hasta visitas a las prisiones (visita prohibida del obispo Xavier Novell al exconseller Joaquim Forn y visita del abad Soler a los Jordis).
La Conferencia Episcopal Tarraconense emitía el 16 de febrero una nota donde pedía “una solución justa a la situación creada que sea mínimamente aceptable para todos”. Y acababa: “Pedimos a los católicos que, descubriendo el paso de Dios por la vida en estos momentos de complejidad, seamos instrumentos de paz y reconciliación en medio de la sociedad catalana, y no dejemos de rogar al buen Dios por la paz y la justicia en Catalunya”. Los obispos catalanes ya habían emitido una nota el 20 de septiembre que tuvo una continuación en otra de la Conferencia Episcopal Española que pedía un “diálogo honesto y generoso, que salvaguarde los bienes comunes de siglos y los derechos propios de los diferentes pueblos que conforman el Estado”. Pero la proliferación de noticias ha ocultado nuevas reacciones y vale la pena hacer una recopilación a raíz de los últimos hechos:
Jaume Pujol, arzobispo de Tarragona: “Nos duele mucho la situación de los encarcelamientos, que hace más difícil un futuro en convivencia. Rogamos por la paz y la reconciliación” (tuit, 23 marzo).
Juan José Omella, cardenal arzobispo de Barcelona: “En este momento de conmoción que vive la sociedad catalana, ruego por la paz y la serenidad. Pido que el juicio de todos permita el diálogo, la convivencia y la hermandad de nuestro pueblo” (tuit, 24 marzo).
Josep Àngel Saiz, obispo de Terrassa: “En estos momentos tan difíciles y de tanta complejidad, rogamos y trabajamos por la justicia, la verdad, el bien común y la paz social” (tuit, 24 marzo).
Josep M. Soler, abad de Montserrat: “La situación que se vive en Catalunya es muy preocupante y muy dolorosa. Los encarcelamientos preventivos, incomprensibles para mucha gente, están creando una inquietud notable (...) Es importante mantener la capacidad de afrontar el momento presente desde la reflexión y el diálogo; un diálogo sin humillaciones que muchos desde hace tiempo pedimos (...) Es necesario mantener la cabeza fría y actuar más racionalmente que
visceralmente” (comunicado, 24 marzo).
Agustí Cortés, obispo de Sant Feliu de Llobregat: “Aceptar una decisión judicial, que puede ser legítima en el marco de un Estado de derecho, no impide que lamentemos su condición de nuevo obstáculo en la solución dialogada y pacífica del conflicto que vive hoy Catalunya” (tuit, 25 marzo).
Lluís Martínez Sistach, arzobispo emérito de Barcelona: “Los dolorosos encarcelamientos preventivos reiteran que el problema de las relaciones entre Catalunya y España es político y es necesario y urgente solucionarlo con el diálogo político” (tuit, 25 marzo).
Justícia i Pau: “Extrema preocupación por los procesos judiciales, encarcelamientos y órdenes de detención (...) Las conductas por las que son acusadas estas personas, ni que fueran consideradas ilícitas de acuerdo con la ley, en una democracia no pueden ser consideradas delictivas, menos todavía ser motivo de encarcelamiento sin juicio” (nota, 26 marzo).