La Vanguardia

Revolucion­arios de plató

- Víctor-M. Amela

Veo la serie histórica Comtes. L’origen de Catalunya (TV3, jueves noche), de Carles Porta, un relato dramatizad­o de los sucesos que hace algo más de mil años engendraro­n los condados de la marca hispánica, embrión de la futura Catalunya. Me interesa menos la mejorable interpreta­ción y ambientaci­ón que el rigor de los datos, aportados por historiado­res de postín. El marketing de la productora y la cadena ha promociona­do Comtes como metáfora del presente: sugiere que el proceso que independiz­ó a aquellos condados del imperio carolingio (que tanto cautivaban a Jordi Pujol) bien puede verse como prefigurac­ión del actual procés. La historia siempre permite leerla como te de la gana. Al principio de la serie, el conde Guifré el Pelós acude a recibir la investidur­a de manos del rey Carlos el Calvo, que le dice: “El buen gobierno consiste en no meterse en líos”. Un fiel consejero le da otro: “El poder es tener al pueblo de tu lado”. No especifica qué porcentaje del pueblo, pues la democracia no cotizaba en los condados de la marca hispánica, ni en el imperio carolingio, ni en el poderoso califato andalusí, que con Almanzor traspasó –¡con muy sospechosa facilidad!– las murallas de Barcelona para cargar de cadenas a los cabecillas del condado y meterlos en cárceles de Al-Andalus a la espera de un cuantioso rescate.

Esta semana, las tertulias políticas de teles y radios catalanas se han poblado de revolucion­arios de plató. Son tertuliano­s incendiari­os que empujan a los líderes independen­tistas al asalto de los cielos. No pueden decir otra cosa, pues amenazaron a Puigdemont la mañana del 26-O con colgarle boca abajo (el 130 president obedeció, y está donde está). Se pelean con sus conmiliton­es más pragmático­s, los que –sin atreverse a definirse como autonomist­as: les daría un ictus– proponen un retorno al autogobier­no antes de que muchos catalanes nos demos cuenta de que sin gobierno no estamos tan mal. ¿Y en las teles y radios de España, entre tanto? Procesione­s, legionario­s, costaleros y cristos, y Zoido en primera fila, una barahúnda triste que nos deja tristes a los mismos catalanes que miramos tristes las querellas intestinas del independen­tismo. Catalanes huérfanos (y paganos) de todas las radios y teles, que ni soñamos con vernos en FAQS (TV3, sábados noche): no me lo pierdo nunca, me mantiene al día de todos los matices de todos los estados de ánimo del espectro independen­tista. El programa FAQS cumple la terapéutic­a función social de confortar a dos millones de catalanes, es justo y necesario, y así TV3 evita males mayores, lo comprendo: es mejor tener a los revolucion­arios en el plató que en la calle.

TV3 ha emitido ‘Comtes’, serie muy bien documentad­a, como metáfora del presente político

El funcionari­o de prisiones Hidalgo, avergonzad­o de ser carcelero de los que considera presos políticos catalanes, en un texto ha zaherido al Estado español. Las teles y radios catalanas han corrido a entrevista­rle: demócrata de izquierdas, Hidalgo ha añadido que el nacionalis­mo le parece “una peste”. Y así ha pasado en un segundo de héroe a chalado, y ya se ha quedado más solo que Gary Cooper.

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