Brillante y sinuoso agitador
Si algo caracteriza el modus operandi de este auténtico maestro de la música y la cultura modernas –en su sentido literal– son el ritmo y el tiempo de ejecución. Como botón, este American utopia, que es su primer lanzamiento discográfico bajo su nombre en catorce años. Un álbum que forma parte de un proyecto más amplio y ambicioso bautizado Reasons to be cheerful –una especie de foro donde dar cabida a miradas optimistas ante la ansiedad que provoca una situación política francamente inquietante– y en el que han participado invitados que ya insinúan por donde va el asunto, como Brian Eno, Jam City, Oneohtrix Point Never o Sampha.
No es ningún descubrimiento afirmar que el que fuera líder de los Talking Heads tiene un peculiar modo de analizar y visualizar la realidad. Desde siempre. De hecho, de aquella abrasiva erupción de punk art que emergió en el Nueva York de 1976 con la intención de transformar la cultura pop, Byrne sigue siendo el más sólido y prolífico representante en activo (ha firmado 19 álbumes, películas, óperas o libros, como aquel pequeño best-seller titulado Cómo funciona la música alumbrado en 2012). Aquí ofrece diez composiciones donde refleja esa visión alternativa del mundo, con letras provocadoras que rezuman agitación política a su modo. Su habilidad es transformar estas líricas a través de gloriosos vehículos en forma de música clásica, afrobeat, funk, rock, folk, disco, ambient o electropop desembocando en un todo inesperadamente coherente, magistralmente entrelazado.