Un ‘delay’ de ida y vuelta
‘Delay’. Este término en inglés viene a explicarnos que a veces el sonido en las comunicaciones televisivas llega con cierto retraso. Un retraso mínimo respecto a la imagen, pero un retraso en el que nada nos encaja. Ayer el Barcelona estuvo en constante delay. Porque al final por mucha calidad que uno tenga, en el mundo profesional no puedes ir un segundo tarde. ¿Por qué se produce el delay en unos jugadores del nivel de los azulgrana, que además están curtidos en mil batallas? Pues por una infinidad de detalles que un día y a una hora determinada se acumulan. Si eso ocurre, dar un vuelco a la situación sólo puede quedar en manos de Messi. Y esa infinidad de detalles está relacionada con la fatiga, sobre todo la mental. Estamos hablando de jugadores que compiten en la Liga a un ritmo trepidante, pasando eliminatorias de Champions frente a rivales poderosos, acumulando minutos de fatiga para la Copa y compitiendo con sus selecciones en un año de Mundial. Muchas cosas para que la mente no decida desconectarse un poquito para tomar fuerza. Y más con la trampa que supone la renta de 11 puntos de los azulgrana.
¿Qué faltó ayer? Pues faltó todo, faltó el Barcelona en sí mismo: el Barça de la presión en campo contrario, el de la defensa adelantada que sólo existió durante los primeros 15 minutos, la salida de Piqué para dividir, el Umtiti defensivo que está confundido por el Umtiti en modo ofensivo, el Ter Stegen que no falla pases... Y muchas más cosas. Y además no hubo un reconocimiento de la situación para evitar la multitud de ocasiones que tuvo el Sevilla y que vulgarizó la imagen defensiva del Barça. Un sistema defensivo que por primera vez desde los partidos de la Supercopa se vino abajo. Y ante esta situación, en la que la cabeza no va a la velocidad que requiere el encuentro, es necesario aliarse con el reglamento: acogiéndose a esa herramienta tan válida como son las faltas tácticas. No puede ser que cuando te arrollan en el campo sólo hayas cometido 7 faltas e incluso el rival haya hecho más. El Barcelona aprendió con matrícula la defensa a través del repliegue.
El ‘retraso’ del Barça se debe a infinidad de detalles relacionados con la fatiga, sobre todo la mental
Quizás para dar una vuelta de tuerca harían falta interrupciones del juego en zonas alejadas del área.
Desaparición del ‘delay’. Una vez el Barça pactó con la diosa fortuna, sólo podía desaparecer su delay si se conjugaban dos aspectos: el agotamiento de los jugadores del Sevilla y la presencia de San Leo. Sucedió y llegaron los goles del empate. Pero aunque los culés pudieran estar desencantados con sus jugadores, el empate llegó porque estos profesionales son unos ganadores natos. Entendiendo que el partido de ayer no fue más que un accidente, todavía estoy más convencido de que estos tipos aspiran a todo.