Mintiendo
Dónde se miente más? Después de pensarlo mucho yo creo que el segundo sitio en que más se miente son los aeropuertos. Esta semana, sin ir más lejos, llegué al aeropuerto, saqué mi tarjeta de embarque, en la que venía impreso el número de la puerta de embarque. Pasé los controles de seguridad, costó un rato porque al que iba delante de mí yo creo que hasta le hicieron un análisis genético, y miré el cartel de los vuelos que hay allí en el que ponía que la puerta de embarque de mi vuelo saldría en unos minutos. Me fui a la que venía impresa en mi tarjeta de embarque, pero allí se anunciaba otro vuelo distinto. Suerte que había alguien allí, le enseñé mi tarjeta y me dijo: “No es aquí. Han cambiado la puerta de embarque. Será...” y me dio otro número. Me fui allí y, en efecto, anunciaba mi vuelo, la hora a la que embarcaríamos y la hora a la que saldría el vuelo, todo como estaba en mi tarjeta de embarque. Me puse allí a esperar junto a otra gente que ya estaba allí organizándose en las típicas colas.
Llegó la hora de embarque, pero allí nadie nos decía nada. Seguíamos en cola sin datos diez minutos más tarde de la hora a la que deberíamos haber embarcado. Entonces nos informaron que la tripulación de nuestro vuelo estaba tripulando otro vuelo que llegaba con retraso y que, en cuanto llegase ese vuelo, vendrían a tripular el nuestro. No es la primera vez que me explican esta historia que me la creo porque en alguna ocasión he visto salir la tripulación de una puerta de embarque e irse a otra.
Allí esperando, pero el gran cartel electrónico que había en nuestra puerta de embarque seguía diciendo que embarcaríamos más de media hora atrás y según el cartel tendríamos que estar volando. Esta experiencia es la más normal, pero no sólo en nuestros aeropuertos, en muchos otros por el mundo. Mientras esperaba allí pensaba por ejemplo en mi mundo de las escuelas de dirección de empresas. Cientos de clases cada día, profesores de todo el mundo, participantes internacionales y todo cumpliéndose exactamente en la hora correcta, en el aula correcta. Pero esto no pasa por casualidad. Toda la organización se toma la programación muy en serio y las tripulaciones
Lo horrible sería que un periodista entrevistase a un político en un aeropuerto; mentiras rodeadas de mentiras
(profesores, directores de programas, responsables de cuestiones técnicas, de mantenimientos, etcétera) se coordinan para asegurar que se cumplen los horarios.
¿Cuántos carteles electrónicos mienten y cuántas veces cada día en los aeropuertos? Y cada mentira se dirige a cientos de personas porque los vuelos suelen ir bastante llenos. Tenemos pues millones de personas engañadas cada mes. Sería fácil tener un cartel electrónico que indicase el número de personas engañadas cada día hasta aquella hora, como los que hay en algunos sitios que indican lo que está pasando en las bolsas, cómo suben y bajan las cotizaciones. El número de engañados subiría tan seguido que costaría leerlo, pero una idea sí tendríamos y quizás quienes gestionan todo aquello podrían tener un cierto incentivo económico por mentir menos.
Repasándome el artículo veo que he dicho que los aeropuertos son el segundo sitio donde más se miente. ¿Dónde se miente más que en los aeropuertos? Repaso mis notas y veo que tenía apuntado que en la política. Los políticos engañan cada día a millones de personas. Les sacan dinero vía impuestos que se gastan en cosas inútiles y en sus campañas para mantener la silla. Prometen cubrirles su sanidad y sus pensiones y saben que se han gastado los dineros cobrados para esto en otras cosas. Hay quienes se manifiestan porque les han ajustado las pensiones. ¿Qué pasará cuando les diga un político que no se las puede pagar porque otros se gastaron el dinero de las pensiones? Lo horrible sería que un periodista entrevistase a un político en un aeropuerto. Mentiras rodeadas de mentiras. En fin, no nos engañemos y seamos moderados celebrando la Pascua. La mona de Pascua es una buena tradición, pero moderación.