La revolución digital va más allá de las compraventas
El sector inmobiliario vive desde hace dos o tres años una explosión de proptechs: start-ups tecnológicas que centran su actividad en el sector, aprovechando la recuperación del mercado inmobiliario en España. Las nuevas proptechs son la segunda ola de la revolución tecnológica en el sector: la primera llegó en 2002, con los portales inmobiliarios como Idealista, Yaencontré o Habitaclia, que transformaron la comunicación inmobiliaria pero apenas erosionaron el poder de las agencias como canal básico de comercialización.
Una pléyade de las nuevas proptech se centran ahora en sustituir a las agencias, poniendo en contacto directamente a compradores y vendedores, con nombres destacados como Cliventa, Housfy, Housell o Propertista. “La tecnología ya parecía que iba a acabar con las agencias inmobiliarias cuando empezaron los portales y luego se demostró que se han convertido en una de sus mejores herramientas”, recordó Ignacio Martínez-Avial, director general de desarrollo de negocio digital de la consultora Savills Aguirre Newman, que ha elaborado el primer mapa de las proptech de España.
Las start-ups van más allá de intermediar compraventas de pisos: ByHours permite reservar microestancias de pocas horas en hoteles; Go-PopUp permite alquilar espacios comerciales por días; Inmogeo es especialista en locales, oficinas, naves industriales y suelo; Spotahome se especializa en alquileres, tanto de pisos como de residencias de estudiantes y habitaciones, sector en el que compite con EasyPiso.
La tecnología ha llegado también a la financiación, con empresas como Housers o Privalore, que canalizan la inversión de particulares en nuevas promociones, y a la concesión de hipotecas, con firmas como Finteca o Receptum. Otras
start-ups se han especializado en dar servicio a los profesionales, con empresas de realidad virtual (como Floorfy o XL View), que pueden llegar a sustituir la visita del inmueble y aceleran la venta; firmas de big data (como Madiva o Realo) que permiten conocer la demanda y el valor real de una vivienda; y proveedores informáticos, de software de gestión para empresas inmobiliarias, con firmas como Inmoweb o Prinex.
Los portales abrieron el camino y acabaron siendo instrumento de las inmobiliarias, sin sustituirlas