Carlos Alvarado
FUTURO PRESIDENTE DE COSTA RICA
El electorado costarricense eligió ayer al socialdemócrata Carlos Alvarado futuro presidente del país. Con un 61% de los votos, este progresista logró imponerse a Fabricio Alvarado, un populista evangélico y ultraconservador.
El populismo evangélico se extiende lentamente por la política latinoamericana pero su primera presidencia en el continente no será la de Costa Rica. Esta vez las encuestas acertaron y el oficialista socialdemócrata Carlos Alvarado, de 38 años, gobernará el estable país centroamericano al imponerse en la segunda vuelta del domingo, por cerca del 61% de los votos, al presentador televisivo y cantante evangélico conservador Fabricio Alvarado, que obtuvo el 39%.
En su primer discurso tras la victoria, el futuro mandatario llamó a la unidad. “Quiero lanzar un llamado para que formemos este gobierno que no será sólo de Carlos Alvarado”, dijo el ganador, que ayer envió una carta a todos los partidos opositores invitándolos a una reunión para empezar a concretar su propuesta y formar “un gobierno de unidad nacional que convoque a las diferentes fuerzas políticas en torno a una agenda común por el desarrollo y bienestar del país”.
Cuando tome posesión el 8 de mayo, Alvarado se convertirá en el mandatario más joven de este país de cinco millones de habitantes. Periodista y escritor, fue responsable de Desarrollo Humano e Inclusión Social (2014-2016) y ministro de Trabajo (2016-2017) en el actual Gobierno del Partido Acción Ciudadana (PAC) del presidente saliente, Luis Guillermo Solís.
La juventud de Alvarado se ha revelado como una buena carta para que el PAC retuviera el poder tras el cementazo, un escándalo de corrupción por la importación de cemento chino que salpica al Gobierno de Solís, quien ganó las elecciones del 2014, rompiendo el bipartidismo histórico, con la promesa de luchar contra los políticos corruptos de los partidos tradicionales.
No obstante, en esta campaña la corrupción quedó en un segundo plano ante cuestiones morales religiosas, que motivaron la inesperada irrupción del ultraconservador Fabricio Alvarado –sin parentesco con el futuro presidente–, ganador por el partido evangélico Restauración Nacional (RN) de la primera vuelta, celebrada el 4 de febrero, con casi el 25% de los sufragios, frente al 21% del otro Alvarado, que entonces resultó segundo.
El predicador Alvarado creció cuando en enero la Corte Interamericana de Derechos Humanos falló, respondiendo a una interpelación del Gobierno costarricense, que todos los países del continente deben reconocer los mismos derechos a los homosexuales, incluido el matrimonio. El Alvarado perdedor basó su campaña electoral ultraderechista en cuestiones religiosas, como impedir el matrimonio gay o incluso la fecundación in vitro. En cambio, el Alvarado socialdemócrata se mostró a favor de los derechos de los homosexuales y de impulsar políticas progresistas.
“El país se mostró dividido porque hay posiciones reales que están dividiendo; tenemos que sensibilizar más, educar más y entender que la Costa Rica del bicentenario (en el 2021 se cumplen dos siglos de la independencia de España) es una Costa Rica donde tenemos que tener espacio todas y todos los costarricenses, sin discriminación alguna”, indicó tras la victoria Epsy Campbell, que será la vicepresidenta primera de Alvarado.
El llamamiento al gobierno de unidad de Alvarado no es sólo retórico ya que necesita pactar con la oposición para desarrollar sus políticas, puesto que el PAC sólo es la tercera fuerza, con diez diputados de los 57 escaños del Parlamento unicameral, donde el evangélico RN tiene 14 asientos y 17 el tradicional Partido Liberación Nacional.
El ultraconservador derrotado, un cantante evangélico, proponía limitar los derechos de los gais