Pasión por la novela negra
ALGUNAS pasiones personales, desarrolladas con inteligencia y generosidad, acaban convirtiéndose en regalos para la comunidad. Es el caso de la pasión por la novela negra de Paco Camarasa, fallecido ayer, y de Barcelona. Camarasa ha sido uno de los grandes conocedores y divulgadores de este tipo de literatura. Tanto era su interés que en el año 2002 montó en la Barceloneta la librería Negra y Criminal, especializada en títulos policiacos, primera de este tipo en la ciudad. Desde este foco, Camarasa irradió su pasión en unos años en los que el género, que se había consolidado a mediados del siglo pasado gracias a autores clásicos como Chandler, Hammet o Simenon, adquirió nuevo empuje mediante las últimas hornadas de escuelas como la norteamericana, la nórdica, la mediterránea, etcétera.
El entusiasmo divulgativo de Camarasa se manifestó mucho más allá de la mencionada librería, que dirigió junto a su mujer, Montse Clavé. Camarasa, infatigable promotor de su literatura predilecta, dirigió numerosos clubs de lectura. Y, en el 2005, fue uno de los creadores del festival BCNegra, que dirigió durante doce años y que lograría fama internacional. Por él desfilaron grandes autores contemporáneos, como Mankell, Camilleri, Márkaris, Lehane, Rankin... Y en su
marco se ha concedido en los últimos años el premio Pepe Carvalho, que han recibido algunos de los principales autores vivos.
Barcelona es una ciudad con tradición en materia de novela policiaca. Autores como Manuel Vázquez Montalbán, Francisco González Ledesma, Andreu Martín, Alicia Giménez Bartlett o Carlos Zanón han integrado, a lo largo de los años, una pléyade de escritores que han complacido a sus congéneres ávidos de historias de intriga. Pero ha sido Camarasa quien, con su infatigable actividad en pro del género, ha contribuido de modo muy especial a consolidar el sector. Y a transformar, como apuntábamos al principio, una afición personal en una serie de iniciativas que han reportado considerables beneficios a Barcelona: por el festival que dirigió hasta el 2017, cuando la enfermedad mermó sus fuerzas, pasaban unas 10.000 personas al año y los principales escritores del sector.
Acontecimientos como BCNegra, aún situándose en un ámbito muy específico, contribuyen a dar tono cultural a una ciudad. A veces surgen de esfuerzos muy personales. Pero, una vez en marcha, es responsabilidad de las instituciones preservarlos, potenciarlos y asegurarse de que vayan formando una red cada día más amplia y atractiva.