El préstamo de las pensiones sube para no vaciar la hucha
El crédito asciende a los 15.164 millones, casi un 49% más
El proyecto de los presupuestos generales del Estado para este 2018, que ayer entraron en el Congreso de los Diputados, no sólo incluye un guiño a los pensionistas con prestaciones más reducidas, que supondrá un incremento acumulado –incluida la subida del 0,25% del pasado enero– para este año del 1% al 3%. El Gobierno también eleva el préstamo a través del Tesoro Público a la Seguridad Social hasta los 15.164 millones de euros, para hacer frente sobre todo a las pagas extra de este año. Con este aumento del 48,8% respecto al 2017, el Ejecutivo de Mariano Rajoy persiste en su intención de no dejar a cero la denominada hucha de las pensiones.
Los presupuestos detallan que este 2018 la contribución del fondo de reserva de la Seguridad Social a “las insuficiencias de financiación de las pensiones de carácter contributivo y demás gastos necesarios de gestión” será de 3.826 millones de euros. De esta forma, a las puertas de un año electoral y con el conflicto de los pensionistas aún por cerrar, la hucha se puede quedar a finales del 2018 en poco más de 4.000 millones de euros. El fondo superaba los 66.000 millones al principio de la década.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, defendió con vehemencia el sistema público de pensiones y pidió apartar del debate político la actual negociación sobre su reforma. “El déficit de la Seguridad Social no se puede magnificar. La Seguridad Social es un departamento de las administraciones públicas”, aseguró. Y el fondo de reserva, “un apunte contable entre administraciones, no una hucha”.
Las cuentas también establecen que el gasto presupuestado para las pensiones subirá hasta los 144.834 millones de euros, un 3,7% más que en el 2017 –el grueso del alza recae sobre las castigadas arcas de la Seguridad Social–. En el 2009, superó por primera vez la barrera de los 100.000 millones de euros. Esta subida algo superior a los presupuestos del año pasado (seis décimas) tiene que ver con la entrada de nuevos pensionistas con prestaciones más elevadas, el incremento general del 0,25% y con la mejora de las pensiones más bajas, pergeñada por el Gobierno en las últimas semanas y cuyo coste asciende a 1.097 millones de euros. Si se atiende al gasto de todas las administraciones, el desembolso en pensiones concentra el 40,9%.
En paralelo, sigue cayendo el gasto por la cobertura a los desempleados, que se sitúa en los 17.702 millones de euros (un 3,4% menos que el año anterior) y la partida para programas de fomento de la reinserción laboral apenas crecen un 0,7%, mientras casi dos de cada tres euros se destinan a bonificaciones.
Según Hacienda, la subida de las pensiones y la rebaja en el IRPF para quienes tengan unos rendimientos del trabajo de entre 12.000 y 18.000 euros acabará beneficiando a tres de cada cuatro pensionistas.
En total, 3,5 millones de contribuyentes (de los que 2,5 millones
Según Hacienda, 3,5 millones de contribuyentes se ahorran de media 440 euros en el IRPF
son asalariados) verán cómo se ahorran de media 440 euros en el impuesto de la renta. Sin embargo, la reducción para los que cuentan con salario o pensión de entre 14.000 y 18.000 euros se aplicará a partir del segundo semestre de este año, por lo que será la mitad que el próximo 2019. Mientras que los impuestos
negativos por cónyuge con discapacidad a cargo, para familias con más de tres hijos y para gastos de guardería (hasta 1.000 euros anuales), que aliviará el IRPF a otros 627.000 contribuyentes, será efectivo con fecha de 1 de enero del 2018. Todo ello, obviamente, si el trámite parlamentario de los presupuestos llega a buen puerto. Las cuentas también renuevan la prórroga en el impuesto sobre el patrimonio
Y, siguiendo el diseño del Gobierno, esta rebaja de 2.208 millones de euros en el IRPF es compatible con unos ingresos tributarios récord presupuestados para este año de 201.000 millones de euros (6% más que lo recaudado en el 2017), donde destaca el incremento esperado del 6,5% en el impuesto de la renta. En suma, prevén que la presión fiscal alcance el 38,3% del PIB, un nivel similar al del 2000, pero por debajo de la de los últimos dos años y de antes de la crisis.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, defendió con insistencia que no presentan unos presupuestos expansivos sino “neutrales”, basado en el crecimiento económico que llegue a “sectores de la sociedad no tienen otra manera de recibir estos beneficios” y, por supuesto, el cumplimiento del objetivo de déficit del 2,2%.