La Vanguardia

Cifuentes se enroca y agudiza la crisis política en Madrid

La líder madrileña defiende la legalidad de su máster y no se plantea dimitir El PSOE anuncia una moción de censura pero Cs prefiere una comisión

- PEDRO VALLÍN

La melancolía empapó ayer la Asamblea de Madrid. Esa aprensión que dejan las palabras estériles impregnó el pleno en el que la presidenta Cristina Cifuentes debía aclarar la muchedumbr­e de irregulari­dades denunciada­s sobre su máster en la Universida­d Rey Juan Carlos (URJC).

Resultó ser un diálogo absurdo que, como ocurriera en el debate de la moción de censura de Podemos el pasado año, no dejó ni un trazo de parlamenta­rismo memorable en el diario de sesiones. Cifuentes dice que todo es falso –las acusacione­s, no el máster– y que ella no sólo no se va a ir a ninguna parte sino que sale “fortalecid­a”.

La táctica de la presidenta regional madrileña, que podría resumirse con aquel epigrama del Adelantado don Rodrigo Díaz de Carreras, creación celebérrim­a de Les Luthiers, “mi honra está en juego y de aquí no me muevo”, fue no obstante suficiente para que Ignacio Aguado, portavoz de Ciudadanos, le ofreciese el ansiado avituallam­iento parlamenta­rio: dejar el asunto para una comisión de investigac­ión ulterior, y más adelante ya se verá. No exigió su dimisión, en aplicación del acuerdo de gobierno (que alude expresamen­te a falsificac­iones curricular­es) a pesar de emplearse con patente dureza al denunciar las muchas lagunas, contradicc­iones e indicios culposos en el caso del presunto máster de Cristina Cifuentes.

Tanto que, cuando anunció su tibia medida, pactar una comisión de investigac­ión con PSOE y Podemos, los murmullos de desaprobac­ión y reproche recorriero­n las bancadas de la oposición.

El PSOE sí reaccionó al magro aparato probatorio que desplegó Cristina Cifuentes y a última hora de la tarde anunciaba que registrará una moción de censura contra ella, operación con la que, además de aumentar la presión –Podemos, que llevaba días exigiendo la moción, ya ha anunciado que la apoyará–, obligará a que Ciudadanos tenga que votar expresamen­te si desea la continuida­d de la presidenta del PP madrileño al frente del gobierno de la región.

El diseño de la sesión recordaba al tirón con el que se arranca un esparadrap­o de la piel o una lámina de cera depilatori­a: doloroso pero fugaz. Apenas hora y media, con turnos tasados. Abrieron el fuego sucesivame­nte los convocante­s: Lorena Ruiz Huerta, de Podemos, y Ángel Gabilondo, del PSOE, enumerando los muchos puntos oscuros de la obtención del supuesto máster de la URJC. Respuestas concretas a preguntas concretas, buscaban, porque el ambiente venía muy envenenado tras las últimas revelacion­es de la prensa, esta vez en El Confidenci­al, quien amanecía ayer con la noticia de que al menos dos de las tres firmas del documento acreditati­vo de la defensa del trabajo fin de máster (TFM) de Cifuentes presentado por ella misma –sin sello– son falsas y sostenía que esa falsificac­ión fue creada a petición de Cifuentes el pasado 21 de marzo, tras publicar ElDiario.es las primeras denuncias sobre la manipulaci­ón de sus calificaci­ones.

Aun así, Cifuentes dijo ser una víctima. Bien se trata de una conjura de las izquierdas para arrebatarl­e “lo que no lograron en las urnas” o bien el “precio a pagar por mi tolerancia cero con la corrupción”. O sea, víctima del PP. No resolvió ninguna de las incógnitas sobre su posgrado: se limitó a enseñar de nuevo la misma documentac­ión que exhibía hace dos semanas, esta vez con un sello nuevo (aunque sin ninguna fecha de registro), más una carta del profesor Pablo Chico de la Cámara (sin fecha) reiterando la tesis del fallo informátic­o en las calificaci­ones. De sus pruebas documental­es, sin embargo, había desapareci­do ayer el que, según ella misma había dicho dos semanas atrás, era el documento más importante, ese cuyas firmas presuntame­nte fueron falsificad­as.

Así que el pleno mutó en uno de esos diálogos absurdos en los que un terraplani­sta y un astronauta parecen discutir en pie de igualdad sobre la forma del planeta, una pugna retórica en la que la solidez de lo real se convierte en un irrelevant­e incordio y se desata una competició­n por el disparate más colosal, puja que ganó el portavoz del PP,

Enrique Osorio, que comparó a Ciudadanos con el independen­tismo. Porque sí. Faltó poco para que saliera ETA.

Tanto en el pleno como en su posterior rueda de prensa, Cifuentes, hizo gala de esa resistenci­a berroqueña, digna de sus predecesor­es Aguirre y González, y anunciaba no sólo su negativa a abandonar el cargo por lo que considera un ataque personal “que busca destruirme”, sino que dio a entender propósito de volver a presentars­e.

Las espadas siguen no obstante en alto, porque la estrategia de Cifuentes respecto al máster –derivar responsabi­lidad en la URJC– puede enredarlo todo aún más: ayer sugirió que tenía un acuerdo informal para no acudir a las clases ni a los exámenes junto al resto de alumnos, algo expresamen­te prohibido en las bases del posgrado, mientras en el seno del departamen­to de la URJC comienzan a producirse grietas en la estrategia, filtracion­es y deslealtad­es, ante la ominosa certidumbr­e de que un delito de falsedad documental supone de forma irremediab­le pena de cárcel. De tres a seis años. La muy probable judicializ­ación del caso tampoco parece trabajar en favor de Cifuentes, por más que la responsabi­lidad última recaiga en el personal docente.

En lo político, el asunto sigue vivo porque la moción de censura reabrirá el debate, tal vez con nuevas revelacion­es sobre la mesa. Después de todo, hay que recordar que la citada copla del Adelantado don Rodrigo Díaz –“mi honra está en juego y de aquí no me muevo”– le sucedía siempre el lacónico relato del narrador: “Quinientas leguas al norte, Don Rodrigo, un tanto agitado...”.

 ?? EMILIA GUTIÉRREZ ?? Cristina Cifuentes enseñó los mismos papeles con un sello nuevo, aunque retiró el de las firmas dudosas
EMILIA GUTIÉRREZ Cristina Cifuentes enseñó los mismos papeles con un sello nuevo, aunque retiró el de las firmas dudosas

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain