Giro inesperado

IGNORO si la justicia escribe con renglones torcidos, pero lo cierto es que no siempre son fáciles de entender las resoluciones de los tribunales. Franz Kafka escribió una de sus obras más célebres, El proceso, donde el protagonista, Josef K., es detenido un día cualquiera en su habitación cuando se disponía ir a trabajar al banco. Unos vigilantes le esposan y le comunican que su proceso acaba de comenzar, aunque no puedan explicarle ni aclararle nada más. Ello no impide que K. cumpla sus obligaciones laborales pero siempre vigilado por tres agentes, lo que comporta que no alcance a comprender por qué le tienen bajo sospecha. “K. vivía en un Estado de derecho –explica Kafka–, en todas partes reinaba la paz, todas las leyes permanecían en vigor, ¿quién osaba entonces atropellarle en su habitación?”.

Un tribunal alemán descartó ayer el delito de rebelión para Carles Puigdemont y ordenó su puesta en libertad bajo fianza, mientras que el magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena había solicitado la extradición por tal motivo. La Audiencia de Schleswig-Holstein consideró “inadmisible” la imputación de rebelión, aunque acepta la malversación de fondos públicos, por lo que el proceso de extradición sigue su curso. Y deja claro que el delito de alta traición, que sería su equivalente alemán, no puede aplicarse porque no se cumple el requisito de la violencia. Así, podría darse el caso de que Puigdemont fuera entregado a España por una cuestión que conlleva penas de prisión de 3 a 6 años (8, en los casos más graves), mientras los miembros de su gobierno podrían acabar condenados a 30, si se les confirma el delito de rebelión.

A veces algunas resoluciones de los tribunales pueden parecer kafkianas. El expresident ha tenido mejor suerte que Josep K., así que puede salir casi indemne de su proceso. En cualquier caso, la decisión del tribunal alemán supone un duro golpe a la cúpula de la justicia española y una noticia inesperada para el Gobierno.