Myriam Barros
El presidente del Gobierno, dispuesto a endurecer la externalización de servicios
PRES. DE LA ASOCIACIÓN DE ‘KELLYS’
La asociación de las kellys, las limpiadoras de los hoteles, arrancó a Rajoy la promesa de que mejorarán sus condiciones laborales. Una muestra de la fortaleza que ha adquirido un movimiento que empezaron dos camareras en Catalunya.
Iban a ser unos 60 minutos, pero el encuentro llegó a las dos horas. Aunque les hablaron inicialmente de dar un paseo por los jardines de la Moncloa, las camareras de piso –ellas mismas se llaman las kellys, por “las que limpian”– prefirieron dedicar todo el tiempo disponible a explicar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, las duras condiciones laborales que padecen mientras el sector turístico marca año tras año nuevos récords. “No podíamos desperdiciar ni un segundo; teníamos mucho que contar”, aseguraron ayer las cinco trabajadoras del sector hotelero que mantuvieron una inusual reunión con el presidente Rajoy. Ante las profusas explicaciones de las kellys y sus reivindicaciones, el presidente se mostró dispuesto a analizar restricciones en la externalización de servicios, así como a ampliar el listado de enfermedades profesionales.
Las camareras de piso reclaman una modificación en el Estatuto de los Trabajadores para prohibir que se pueda externalizar la actividad principal de una empresa. “¿Qué venden los hoteles? Habitaciones limpias, ¿no? Pues no pueden externalizar un departamento que es estructural”, argumentó la vicepresidenta de la Asociación de las Kellys, Pilar Cazorla. En este sentido, las trabajadoras explicaron que Rajoy se comprometió ayer a “no bloquear” la tramitación de una iniciativa del PSOE sobre la externalización de servicios, que las camareras de piso consideran “insuficiente”, pero en línea con la denominada ley Kelly.
“El tono de la reunión ha sido de sinceridad y de confianza de las interlocutoras, y del interés y respeto hacia su trabajo y sus peticiones”, señalaron en una nota desde Presidencia del Gobierno.
Junto a Cazorla, Ana Lucía Nacher, Ángela Muñoz, Myriam Barros y Eulalia Correlero detallaron ante el presidente del Gobierno cómo la fuerte carga de trabajo les provoca graves problemas musculares, de estrés y ansiedad, y les empuja a automedicarse porque “no nos podemos coger la baja”. Las representantes de este colectivo, invisible durante años y que ha acabado convirtiéndose en el símbolo de la lucha contra la precariedad laboral, aprovecharon la invitación del presidente del Gobierno –realizada hace unas semanas en el Senado, a instancias de la parlamentaria de Nueva Canarias, María José López Santana– para “darle un baño de realidad”. Según denuncian las kellys, con la crisis económica y la última reforma laboral se han multiplicado los abusos por parte de empresarios del sector, con horarios interminables, sobrecarga de trabajo, contratación irregular, reducción salarial... Y así lo han reflejado en un dossier con sentencias, fotos, testimonios, informes de inspección de trabajo que le entregaron a en mano a Mariano Rajoy. “El presidente estaba muy impactado, sorprendido por la dureza de nuestras denuncias”, apuntó Myriam Barros, presidenta de la Asociación de las Kellys. “Ana [Nacher] se ha subido la camiseta y le ha enseñado cómo tenemos que ir con faja a trabajar”.
Las representantes de las kellys también admitieron que el presidente del Gobierno mostró menos concreción a la hora de contestar a otras peticiones como la jubilación anticipada para el colectivo. Las camareras de piso reclaman poder jubilarse sobre los 60 años, después de carrera de cotización de 25 años, 15 de ellos
en esta categoría profesional.
Para las condiciones laborales, Rajoy les explicó que lo abordarán mejoras dentro de la comisión sobre el trabajo en la hostelería en la que están representados el Gobierno, las autonomías, la patronal y los sindicatos. Además, les adelantó que hoy aprobarán el nuevo plan estratégico de Inspección de Trabajo, donde harán “especial hincapié”, según Moncloa, en el control en el sector turístico.
Rajoy, aseguraron las kellys, les prometió un “seguimiento personal” del problema. “Esto no acaba aquí. Vamos a estar vigilando. A ver con qué cara van a votar en contra, con qué cara dicen ahora que no conocen nuestra situación”, concluyó Barros.
Rajoy contempla también ampliar el listado de enfermedades profesionales