La debacle de Anfield
Inter, Madrid, Barça, Mónaco y Liverpool arrugaron a los equipos de Guardiola
Tras la contundente derrota de su equipo contra el Liverpool (3-0), que ha dejado al entrenador catalán contra las cuerdas, Pep Guardiola vive sus horas más bajas en el Manchester City, que está obligado a una remontada épica si quiere alcanzar las semifinales de la Champions League.
Capaz de dos de las exhibiciones más grandes que se recuerdan en las finales de la Champions, las ganadas con el Barcelona al United en Roma (2-0) y en Wembley (3-1), parece que no hay término medio para Pep Guardiola. O se corona por todo lo alto o se estrella en la máxima competición. El último episodio de esa historia de extremos se vivió el miércoles en Anfield, donde el Manchester City quedó contra las cuerdas tras caer con estrépito 3-0 en la ida.
La prensa inglesa se debatía ayer entre ensalzar la actuación del Liverpool y criticar el pobre rendimiento del City, impropio de un líder que se pasea en la Premier con 16 puntos de ventaja. “Trabajo de demolición”, rezaba la contraportada de The Guardian. “The incREDibles”, era el juego de palabras del Daily Mirror. “El sueño de Pep, hecho jirones”, destacaba The Sun. “Emboscada en Anfield”, titulaba The Times. “Aplastados”, resumía el Daily Mail.
“El jeque Mansour puede comprar muchas cosas pero no puede comprar una pasión así”, sacaba pecho el Liverpool Echo.
Los goles de Salah, Oxlade-Chamberlain y Mané dejan muy oscuro el futuro citizen en la Champions, el mayor objetivo del club desde que Ferran Soriano y Txiki Begiristain reclutaron a Guardiola en el 2016. Tras un primer año sin títulos, mañana mismo puede ganar la Premier. Pero eso también lo lograron Mancini (11-12) y Pellegrini (13-14).
“La forma en que fueron desnudados va a perseguir a Guardiola durante todo el verano, a menos que puedan recuperarse el martes”, le avisa The Times. Y es que Pep quiso innovar en “el lugar equivocado y el momento más erróneo”, en palabras de The Guardian, en referencia a la ubicación de Laporte como lateral, la entrada en el once de Gündogan y la suplencia de Sterling. Con Agüero (30 goles) lesionado, el técnico prescindió de su mejor goleador disponible (21 tantos). “Queríamos más pases y más control”, razonó Pep. Cuando metió al extremo, su único cambio tras gastar 500 millones en fichajes, ya perdía 3-0.
Además, fueron precisamente los pases lo que le fallaron al City. Tuvo un 87% de acierto en esa faceta (el más bajo de los nueve partidos de Champions) y las pérdidas llegaron al centenar (16 de De Bruyne), algo que aprovechó el Liverpool de Jürgen Klopp con saña.
En el 1-0 Sané arriesga con un pase horizontal y los reds montan la contra en la que Walker está más lento que Firmino, que asiste a Salah. En el 2-0 Gündogan pierde un duelo con Milner y Kompany no se atreve a tapar a Oxlade. En el 3-0, Otamendi se pasó de valiente en una salida de balón, Salah centró ante la pasividad de Laporte y Mané saltó más que Fernandinho. Fue una debacle general en media hora fatal.
Pero no es la primera. En San Siro en 2010, después de un viaje en autobús por culpa de un volcán islandés, el Barcelona encajó dos goles en 14 minutos que pusieron la eliminatoria imposible de remontar. Sin saberlo, el Inter inauguró un patrón que se repite en cada revolcón de un equipo de Guardiola en la Champions. En el 2014 el Madrid le marcó tres goles en 19 minutos en Munich. En el 2015 el Barça le endosó otros tres al Bayern en el cuarto de hora final en el Camp Nou. El año pasado, el Mónaco le marcó tres en media hora en la ida y dos en 21 minutos en la vuelta para apear al City en octavos. Ahora está de nuevo acorralado a las primeras de cambio.
EN EL LUGAR Y MOMENTO EQUIVOCADOS La prensa inglesa critica a Pep por ubicar a Laporte de lateral y utilizar a Gündogan en lugar de Sterling