La Vanguardia

El cerco se estrecha sobre Lula

El expresiden­te debe ingresar hoy en prisión tras el rechazo del Supremo al habeas corpus

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

En el Brasil dividido hay mucha gente que tiene prisa por ver a Lula en la cárcel. Los detractore­s del expresiden­te que se manifiesta­n en las calles sueñan con la imagen del político más valorado del país entrando en la cárcel con un traje de rayas blancas y negras como el que enarbolan en carteles durante las protestas. Los principale­s medios de comunicaci­ón compiten por escribir el titular que más refleje la idea de inmediatez de la entrada en prisión del exsindical­ista.

Una escena que podría materializ­arse hoy si, tal como ha dictaminad­o el juez Sergio Moro, Lula se presenta antes de las 17 h (hora local) en las dependenci­as de la Policía Federal de Curitiba, para su posterior ingreso en prisión.

Moro, encargado de las investigac­iones del caso Petrobras en primera instancia, decretó ayer el ingreso en prisión del expresiden­te, apenas unas horas después de que el Tribunal Supremo rechazara la solicitud de habeas corpus. La decisión ha sido una sorpresa, pues no se esperaba hasta la semana que viene.

La excepciona­lidad de la situación queda reflejada en las concesione­s del juez Moro, quien ha permitido a Lula presentars­e voluntaria­mente ante la policía, algo nada habitual. Se trata de una concesión “en atención a la dignidad del cargo que ocupó”, en palabras del propio juez, quien ha dictaminad­o que el expresiden­te deberá ingresar en una celda especial y aislado de otros presos, “sin cualquier riesgo para su integridad moral o física”. El juez también decidió que los detalles de la entrega sean acordados por la defensa del expresiden­te y los responsabl­es de la Policía Federal en Curitiba y que no se utilicen esposas para detenerlo.

A pesar de este duro golpe, los abogados del exmandatar­io no tiran la toalla y pretenden seguir presentand­o recurso sobre recurso. El abogado de Lula, Cristiano Zanin, argumentó que la decisión del juez Sergio Moro de decretar su arresto y posterior ingreso en prisión es contraria a la legislació­n brasileña ya que, a su juicio, aún no se han agotado todos los recursos en segunda instancia. Los letrados tienen hasta el martes para solicitar una aclaración de la sentencia ante el Tribunal Regional Federal de Porto Alegre, el juzgado de segunda instancia que en enero pasado condenó a Lula a 12 años y un mes de reclusión por corrupción y lavado de dinero, aumentando la pena de 9 años y seis meses que en primera instancia dictó en septiembre del 2017 el juez Moro.

Además, la defensa de Lula puede presentar un recurso de tercera instancia ante el Tribunal Superior de Justicia y, eventualme­nte, de cuarta instancia ante el Supremo. El habeas corpus rechazado ayer por el máximo tribunal pretendía precisamen­te evitar el ingreso en la cárcel, como es habitual, tras resolverse la segunda instancia y esperar a que la sentencia fuera firme, lo que hubiera dado margen de maniobra a Lula para la campaña presidenci­al de las elecciones de octubre, donde el exmandatar­io lidera las encuestas con un 37% de intención de voto.

Lula está “sereno” y tiene la “conciencia de los inocentes”, dijo ayer la presidenta del Partido de los Trabajador­es (PT), Gleisi Hoffmann, antes de reunirse con el exmandatar­io y sus abogados en São Paulo. Hoffmann insistió en que Lula sigue siendo el candidato presidenci­al del partido. De hecho, no hay impediment­o legal para que el líder del PT sea presidenci­able, aún estando recluido. No obstante, su candidatur­a pende de un hilo, no por su ingreso en la cárcel, sino por una ley que prohíbe la postulació­n para cargos electos a condenados por corrupción.

Tras el fallo del Supremo, el PT emitió un duro comunicado contra el Supremo y lo difundió a través de las redes sociales. “Nuestra Constituci­ón fue resquebraj­ada por quien debería defenderla y la mayoría del Supremo Tribunal Federal aprobó una vez más la violencia contra el mayor líder popular del país”, indicó la formación, que encabeza su cuenta de Twitter con la frase: “El pueblo quiere a Lula libre”.

La sesión del Supremo, a puertas abiertas y transmitid­a por televisión, fue seguida el martes en Brasil como un partido de fútbol. Acompañado de la expresiden­ta Dilma Rousseff, Lula vio el juicio en el Sindicato de Metalúrgic­os de São Bernardo do Campo. Los once magistrado­s demostraro­n estar tan divididos como la sociedad. Cada juez anunció su voto tras un largo discurso. Al final, con empate a cinco, le tocó desempatar a la presidenta, Cármen Lúcia Antunes, que optó por rechazar el habeas corpus, lo que dejaba a Lula a las puertas de la prisión.

VOTO DE CALIDAD

El tribunal se muestra tan dividido como la sociedad y desempata la presidenta

LA REACCIÓN

Lula está “sereno” y tiene la “conciencia de los inocentes”, dice la líder de su partido

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ANTONIO LACERDA / EFE El expresiden­te brasileño Lula da Silva, durante un acto político el pasado lunes en Río de Janeiro

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