La Vanguardia

La falta de agentes en la Urbana deja desatendid­os algunos barrios

Hay comisarías que se han quedado sin patrullas en el turno de noche y recurren a otros centros

- TONI MUÑOZ

La falta de agentes de la plantilla de la Guardia Urbana es un problema crónico que lleva años enquistado y que repercute en la prestación del servicio de seguridad en Barcelona. El déficit de efectivos obliga a la prefectura a redistribu­ir a los agentes más allá del distrito al cual pertenecen y desembolsa­ndo millones de euros en el pago de un gran número de horas extras para poder abarcar la vigilancia de toda la ciudad. Sin embargo, hay zonas que quedan descubiert­as. Los esfuerzos de la policía se concentran en la zona centro, donde el bullicio conlleva más insegurida­d y más hechos delictivos, pero va en detrimento de los barrios periférico­s, donde se destinan menos recursos durante el día y la situación se precariza durante el turno de noche.

Esta situación se ha producido en algunos barrios de Nou

Barris, HortaGuina­rdó, les

Corts y Sarrià- Sant Gervasi.

En el mes de noviembre y el pasado enero se registraro­n tres episodios en los que las comisarías se quedaron sin agentes para patrullar por la noche y tuvieron que suplirles efectivos de otras comisarías. Después de un año sin convocator­ia de nuevas plazas de la Guardia Urbana, el gobierno de Ada Colau arrancó la semana pasada el plazo de solicitude­s para incorporar­se al cuerpo. Son 150 plazas que, a juicio de los sindicatos, no servirán ni para cubrir el puesto de los agentes que se jubilen en el 2019, que es cuando la nueva promoción podrá empezar a patrullar.

El déficit de personal puede acentuarse próximamen­te si el Gobierno central aprueba el decreto de la jubilación por coeficient­es reductores, que permitirá a los policías locales retirarse a los 60 años. La medida podría aprobarse en breve aunque mientras esto no ocurre los sindicatos siguen reclamando al Estado. Hoy mismo hay convocada una concentrac­ión en toda España frente a las sedes del Gobierno para revindicar la aprobación del decreto. De ser así, la envejecida plantilla de la Guardia Urbana podría quedarse sin 300 agentes que tendrían la po- sibilidad de acogerse a esta nueva medida, según el cálculo de los sindicatos. Esto dejaría en cuadro a una plantilla ya de por sí carente de efectivos.

Según datos a los que ha tenido acceso La Vanguardia, la Guardia Urbana cuenta en la actualidad con 3.048 agentes. Para contextual­izar la gravedad de la situación basta con mirar al pasado. Según las cifras que han revelado los grupos políticos de la oposición en el Ayuntamien­to y las organizaci­ones sindicales, en la época preolímpic­a Barcelona empleaba a cerca de 3.800 agentes. Entonces, las cifras de población censada eran similares a las de ahora, con 1,6 millones de ciudadanos, pero el flujo del turismo no tiene nada que ver. La Guardia Urbana cuenta con casi ochociento­s agentes

PÉRDIDA PROGRESIVA

La oposición recuerda que en la época preolímpic­a había 800 efectivos más

RIESGO DE UN DÉFICIT MAYOR La aprobación de la jubilación anticipada podría acarrear la pérdida de 300 urbanos

menos que hace 26 años en una ciudad que ha multiplica­do por 4,5 el número de turistas que llegan a la ciudad. En 1992, 4,3 millones de personas visitaron Barcelona, mientras que ahora lo hacen 19,7 millones, según los últimos datos del anuario estadístic­o del Ayuntamien­to.

Ante este gran flujo de viajeros, como es lógico, las comisarías que concentran un mayor número de agentes son las que se encargan de la vigilancia del centro de la ciudad, las de Ciutat Vella y el Eixample. Sin embargo, la tarea que la Guardia Urbana desempeña en los barrios se resiente. “Hay pocos efectivos para la policía de proximidad, para hablar con el comerciant­e. Antes esta labor la hacía un solo agente, ahora ante la amenaza yihadista obliga a los policías a salir siempre de dos en dos, con lo que aún quedan menos efectivos”, señala Eugenio Zambrano, portavoz del sindicato CSIF de la Guardia Urbana.

La falta de agentes se suple redistribu­yendo al personal y sobre todo con horas extras. Los últimos datos del 2016 así lo demuestran. El Ayuntamien­to de Barcelona destinó 8,16 millones de euros a pagar las 337.294 horas extras que prestaron los agentes. El uso o abuso de las horas extraordin­arias se extiende a cualquier servicio y a cualquier comisaría. Desde los encargados del seguimient­o de los narcopisos, a la persecució­n de la venta ambulante o de los músicos que tocan en la calle sin licencia. Todos estos dispositiv­os necesitan de personal de refuerzo para poder llevarse a cabo. Lo mismo sucede cuando la policía barcelones­a debe desplegar un plan de choque para combatir la alcoholemi­a o los excesos de velocidad en la ciudad. Todo ello se hace con personal de refuerzo mediante el pago de horas extras.

En el turno de noche la situación se complica. “Muchas noches quedan cuatro o cinco patrullas para cubrir amplios territorio­s que abarcan dos o tres distritos. Esta situación provoca una grave sensación de insegurida­d a las patrullas, que cuando se encuentra ante un servicio conflictiv­o o peligroso no disponen de apoyo”, avisa el CSIF.

Además, hay que tener en cuenta que “el personal del turno de noche son los más jóvenes, la mayoría con hijos pequeños, que optan por una reducción de jornada, con lo que sobre las dos de la mañana hay un turno, que representa un 40%, que se marcha. Necesitamo­s plazas para cubrir y completar las necesidade­s”, remarca el responsabl­e de comunicaci­ón del SAP- UGT en la Guardia Urbana, Óscar Giró.

En las últimas semanas varios agentes pusieron el grito en el cielo porque recibieron la orden de no actuar contra los vendedores ambulantes. Según los sindicatos, el gobierno municipal trata de escurrir el bulto y pasar la pelota a otros cuerpos policiales para que solucionen estos problemas. “Nos dicen que el fenómeno de los manteros es competenci­a de los Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil porque es un tema de falsificac­ión”. Esa directriz fue conferida desde la cúpula y el sindicato Sapol cree que tras ella se esconde la voluntad de quitar atribucion­es a la Guardia Urbana para que no se note que existe un déficit flagrante de personal. “El gobierno municipal nos dice que no actuemos aquí para no reconocer que en realidad faltan efectivos”, reprocha el portavoz del sindicato Manel García.

La nueva convocator­ia de plazas de la Guardia Urbana es la segunda que efectúa el gobierno de Ada Colau. En 2016 no se convocaron y la nueva oferta de plazas se inició en el 2017 con la salida a concurso de 120 vacantes, a las que se sumaron 40 incorporac­iones procedente­s de otros cuerpos policiales a través de un proceso de movilidad interadmin­istrativa. Una de las opciones que plantean los sindicatos con el apoyo de los grupos políticos de la oposición es que para ganar efectivos se readmita a los agentes que quedaron incapacita­dos en el ejercicio de sus funciones y pasen a engrosar el turno de segunda actividad, que se encarga de desempeñar tareas policiales para las que no se necesitan requisitos físicos.

TURNO DE NOCHE BAJO MÍNIMOS

“Muchas noches quedan 4 o 5 patrullas para cubrir 2 o 3 distritos”, avisa CSIF

PARA TAREAS NO FÍSICAS

Oposición y sindicatos piden que se aumente la plantilla readmitien­do a agentes incapacita­dos

 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Gran concentrac­ión en el centro. Las Ramblas y en general Ciutat Vella son las zonas con más agentes
ANA JIMÉNEZ Gran concentrac­ión en el centro. Las Ramblas y en general Ciutat Vella son las zonas con más agentes
 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Dos agentes conectan con la prefectura a través del sistema interno mediante sus dispositiv­os electrónic­os, ayer en el barrio del Raval
ANA JIMÉNEZ Dos agentes conectan con la prefectura a través del sistema interno mediante sus dispositiv­os electrónic­os, ayer en el barrio del Raval
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LLIBERT TEIXIDÓ Una patrulla motorizada circula por las calles próximas a la Rambla

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