Creador de ‘Hill Street Blues’
El estreno de la serie Los Soprano en la cadena HBO en 1999 marcó el inicio de una época dorada para las series de televisión. Para llegar a ese momento dulce de la ficción televisiva se dieron antes algunos pasos previos y, sin duda, Steven Bochco y su serie Hill Street Blues, conocida en España como Canción triste de Hill Street, marcaron uno de esos puntos de inflexión imprescindibles en la evolución de la estructura narrativa en las series televisivas.
Guionista en sus inicios de series como Colombo y McMillan y esposa, de la prolífica carrera de este productor, creador y guionista neoyorquino fallecido el domingo a los 74 años a causa de una leucemia, Hill Street Blues será su éxito más recordado, aunque los bajos índices de audiencia de sus primeros episodios no hacían presagiar su posterior influencia. Sin embargo, la buena acogida por parte de la crítica y los ocho premios Emmy (de 27 nominaciones) obtenidos en su primera temporada lograron que la serie llegara a mantenerse seis años más en la cadena NBC durante los cuales sumó 98 nominaciones a los premios más importantes de la televisión.
Pero el mérito de Hill Street Blues y de Steven Bochco (cocreador de la serie junto a Michael Kozoll) fue sobre todo cambiar la estructura y la concepción clásica de la narración en las ficciones televisivas. El protagonismo en las series pasó a un reparto mucho más coral y, aunque se tratara de una serie policial, los personajes y su vida personal iban a tener más peso en las tramas que el género en sí mismo.
Además, estos protagonistas, entre los que se encontraban el capitán Furillo (Daniel J. Travanti ) y su esposa Fay (Barbara Bosson, pareja en la vida real del mismo Bochco), ya no iban a ser esos héroes que estaban por encima del bien y del mal sino gente corriente, con sus virtudes y sus defectos, que también podían tener dudas e incluso equivocarse. Se adelantaba la figura del antihéroe que más tarde fue clave en la ficción televisiva con personajes como Tony Soprano, Vic Mackey (The shield) o Walter White (Breaking bad).
Pero Hill Street Blues también innovó en cuanto a estructura. Si el espectador de la época estaba acostumbrado a las series con capítulos autoconclusivos (Starsky y Hutch, Los Ángeles de Charlie )o bien a telenovelas (Dallas, Dinastía), la serie de Bochco introdujo una nueva fórmula aún hoy vigente: cada temporada se estructuraba en varios arcos argumentales desarrollados en cuatro o cinco episodios como máximo narrados en forma paralela y generalmente solapándose unos con otros. También se introdujo el rodaje de cámara en mano, con ritmo acelerado y diálogos superpuestos, para dar a la serie un estilo más cercano al documental.
La novedad que suponía la estructura formal y narrativa de esta serie espantó a los directivos de la cadena televisiva, que querían llevar a cabo algunos cambios aunque al final tuvieron que retractarse ante la firme oposición de un Bochco convencido de que se encontraban ante una serie de gran calidad que acabaría triunfando, como así fue.
Tras el éxito de este drama policial, Bochco se convirtió en un rey Midas de la televisión y desarrolló un buen número de series que alcanzarían
Bochco cambió la estructura y la concepción clásica de la narración en las ficciones televisivas
gran repercusión internacional, entre las que destacaron La ley de Los Ángeles (1986-1994), Policías de Nueva York (19932005) y Murder one (1995-1997). Aunque con la entrada en el siglo XXI, el éxito ya no volvió a sonreírle, el productor todavía se encontraba en activo y entre el 2014 y el 2016 firmó su último trabajo televisivo: Asesinato en primer grado. Hace dos años había anunciado que preparaba precisamente la vuelta de La ley de los Ángeles, cuando pensaba que su lucha contra el cáncer estaba ganada.